La construcción, uno de los sectores más dinámicos desde la salida de la convertibilidad, sigue marcando registros records. Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos, en marzo último creció un 16,5 por ciento en relación con igual mes del año pasado, proporción que crece al 22,5 si se compara lo que ocurrió durante todo el último año. Si se estrecha la mira y sólo se coteja marzo con febrero en términos desestacionalizados, los números del Indec acusan un retroceso del 1,1 por ciento.

Esa módica caída es apenas una anécdota que no opaca el boom de que gozan los constructores. Sólo desde la perspectiva con estacionalidad (considerando aquellos factores periódicos que influyen en la actividad), las estadísticas se revierten dramáticamente: la construcción creció un 12,2 por ciento en marzo respecto del mes anterior y un 20,5 por ciento en el primer trimestre del año en relación con el mismo período del año anterior.

Acompañando esta bonanza, las ventas de insumos para el sector también remontaron en todos los rubros respecto de febrero: 24,1 por ciento en asfaltos y ladrillos huecos, 17,3 por ciento en pisos y revestimientos cerámicos, 9,8 por ciento en cemento, 9,1 por ciento en hierro redondo y 7,5 por ciento en pinturas.

La obra pública sigue siendo el principal motor de esta expansión, algo que condiciona las expectativas de los empresarios respecto del futuro inmediato. Según la encuesta cualitativa incluida en el trabajo del Indec, el 44 por ciento de las firmas que atienden la demanda estatal cree que ésta seguirá creciendo y el 53 por ciento que se mantendrá estable. Entre los que se dedican al sector privado, un 21,7 por ciento apuesta a que el rubro seguirá creciendo, mientras que el 78 por ciento supone que se mantendrá estable.