El aumento del costo de vida en julio se habría ubicado por debajo del 0,8. De acuerdo con fuentes ligadas a la medición, los últimos cálculos definirían si el resultado final es 0,7 o 0,6 por ciento. El dato, que será dado a conocer esta misma tarde por el Indec, revelaría que los principales incrementos de precios se registraron en los rubros de servicios, con mayor énfasis en aquellos vinculados con demandas estacionales, como turismo y esparcimiento. En cambio, el índice para el rubro Alimentación habría permanecido invariable (aumento cero por ciento), mientras que en Indumentaria se verificaría una baja de precios, consecuencia de las rebajas por fin de temporada.

Los resultados de los índices de precios llevarán tranquilidad a los despachos oficiales, después de que en las últimas semanas se agitó la posibilidad de un rebrote inflacionario y anuncios de un aumento del costo de vida que podría superar el uno por ciento en julio. Poco a poco, esta impresión se fue disipando y al día de ayer los pronósticos que en privado confiaban los consultores promediaba el 0,8 por ciento.

Según pudo saber este diario ayer, los precios mayoristas habrían variado en línea con los minoristas, en torno del 0,7 por ciento. El índice de precios de la construcción se habría mantenido estable (variación cero), pese a que el nivel de actividad en este sector sigue creciendo a tasas muy elevadas (superiores al 20 por ciento anual).

Con estos resultados en la mano, el Gobierno podrá exhibir que no existe evidencia de inflación reprimida o riesgos de rebrote inflacionario. Los acuerdos de precios firmados a principios de año, sobre una lista de productos de consumo masivo de la alimentación y limpieza, fundamentalmente, siguen funcionando. Pese al crecimiento del consumo global, los precios del rubro Alimentación habrían cerrado el mes sin variaciones en promedio, con bajas en frutas y hortalizas que compensarían subas moderadas en otros productos.

Orlando Ferreres –que pronosticó que la inflación de julio habrá sido de “más o menos 0,7 por ciento”– afirmó que computó rebajas de 5,2 por ciento en hortalizas y 2,87 por ciento en frutas, “dos rubros que suelen complicar un poco el índice porque su oferta siempre depende de factores climáticos”. “Es un dato positivo, porque los precios habían subido mucho, pero también es cierto que podrían subir nuevamente en agosto si el frío y eventuales heladas provocaran una reducción de la oferta”, advirtió.

En cambio, los mayores aumentos –de acuerdo con el análisis del ex viceministro de Economía– se produjeron sobre todo en rubros de servicios, como los alquileres y las cuotas de prepagas médicas y escuelas privadas, y en otros fuertemente influidos por factores estacionales, como los relacionados con el turismo y el esparcimiento. Además del efecto de las vacaciones, Ferreres apuntó al impacto del cobro del aguinaldo sobre el monto de los gastos de consumo.

Los alquileres y las expensas también se habrían comportado por encima del promedio general. Las sucesivas reuniones del secretario de Comercio Interior con representantes del sector, inquilinos e inmobiliarias, no arrojó hasta ahora más que diagnósticos cruzados, pero sin una política que tienda a frenar los violentos reajustes cada vez que se renuevan contratos.

Javier González Fraga, responsable del Departamento Económico de la Unión Industrial Argentina, indicó que desde su punto de vista “el drama de la inflación no es la inflación en sí, sino las medidas que pueda tomar el Gobierno para controlarla; yo no le temo a la inflación, le temo a que quieran bajar el índice con políticas de control de precios”. El reportaje en el que formuló estas declaraciones se publicó en la revista Hecho en Argentina, que publica la UIA, por lo que las palabras del economista y ex presidente del Banco Central estarían reflejando la posición de la entidad respecto del tema.