Lunes, 30 de octubre de 2006 | Hoy
Aunque se quejan por las subas de costos, las empresas de medicina se quedan con la crema del negocio: clientes jóvenes y sanos.
Por Fernando Krakowiak
Las prepagas aseguran que el aumento de entre 20 y 23 por ciento anunciado la semana pasada es indispensable para afrontar las subas salariales, la recomposición que piden los prestadores y los costos crecientes que suponen el lanzamiento de nuevos medicamentos y la incorporación de tecnología cada vez más sofisticada. En el Gobierno, en cambio, afirman que no avalarán esa suba porque las empresas están lejos de perder plata. Para justificarlo no sólo hacen referencia a la estructura de costos “superavitaria” sino también al proceso de absorción de afiliados de las obras sociales que se concretó a partir de la desregulación y que en los últimos años les está permitiendo a las prepagas quedarse con la “crema” del negocio de la salud: los trabajadores más jóvenes y de mayor poder adquisitivo.
El traspaso se inició con la desregulación de 1998, que les permitió a los trabajadores optar entre obras sociales. Para tener un mayor número de afiliados que permitiera distribuir mejor los riesgos y bajar los costos por persona, las prepagas, además de fusionarse entre sí, firmaron contratos de concesión y gerenciamiento con obras sociales que delegaron la responsabilidad de la asistencia de sus beneficiarios, asignando para ello un pago mensual per cápita. De este modo, las prepagas entraron a competir de manera indirecta en el sistema de obras sociales, porque si bien los afiliados al sistema solidario no están autorizados a elegir una prepaga, sí pueden cambiar de obra social, las cuales optaron por aliarse con prepagas para mejorar sus atractivos y ampliar su porción en un mercado que a simple vista continuó “cerrado”.
En un comienzo, el sistema contó con el beneplácito de los principales referentes sindicales y de los empresarios de la salud, pues ambos se beneficiaron. Sin embargo, en los últimos años las prepagas optaron por una nueva estrategia, consistente en firmar convenios con obras sociales muy chicas que casi no tienen afiliados propios para luego impulsar estrategias de marketing tendientes a seducir a los trabajadores más jóvenes y de mayor poder adquisitivo de las obras sociales más grandes.
La Obra Social de los Comisarios Navales es uno de los mejores ejemplos. La entidad ocupaba una posición marginal en el sistema hasta que decidió firmar un convenio con OSDE. Desde entonces encabeza el ranking de incorporaciones de la Superintendencia de Servicios de Salud, habiendo sumado 107.176 afiliados entre 2002 y 2005 y otros 31.912 en lo que va de 2006. En segundo lugar se encuentra la Obra Social del Automóvil Club Argentino. Entre 2002 y 2005 ganó 83 mil adherentes y este año se incorporaron otros 7700. La causa de su éxito fue la firma de un convenio con la prepaga Galeno. Tercera en incorporaciones está la Obra Social de Personal de Control Externo, que firmó convenios con Swiss Medical y Omint, e incorporó 80 mil afiliados en los tres últimos años y 16.600 en lo que va de 2006. Resultados similares obtuvieron la Obra Social de Agentes de Lotería al asociarse con el Grupo Consolidar (Banco Francés) y los Capataces Estibadores Portuarios, que decidieron firmar convenio con Medicus, entre otros.
La contracara son las obras sociales históricas, las cuales están viendo cómo sus afiliados “se fugan” a las prepagas haciendo valer este vericueto legal abierto con la desregulación. La Obra Social de los Empleados de Comercio perdió 246 mil afiliados en los últimos tres años y otros 61 mil en lo que va de 2006; la Obra Social del Personal de la Construcción otros 36 mil entre 2002 y 2005 y 14 mil en los últimos diez meses. Tercera en el ranking de pérdidas de este año se ubicó la Unión Obrera Metalúrgica, que sufrió una sangría de 10 mil adherentes, los cuales se sumaron a los 31 mil que ya se habían ido en los tres años anteriores.
Juan Carlos Biani, gerente de Control Prestacional de la Superintendencia de Servicios de Salud, señaló a Página/12 que “se está evaluando suspender los traspasos hasta encontrarle una solución a este tema, pues, si bien no es ilegal, atenta contra el carácter solidario del sistema”. Mientras tanto, las prepagas suman afiliados y dinero, aunque se quejen por el aumento de sus costos.
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