Serio, con el rostro tenso, rodeado de guardaespaldas, Carlos Rovira arribó al mediodía a la escuela donde debía votar. Lo esperaba un enrejado de cámaras, micrófonos, grabadores y preguntas, que sus custodios respondieron a empujones, puntapiés y trompadas. En medio de una batalla campal entre camarógrafos, patovicas y policías, el gobernador de Misiones se abrió paso para votar. Sin embargo, Rovira no pudo abrirse camino hacia su tercer mandato: el oficialismo fue derrotado ampliamente por un 56,5 contra el 43,4 por el Frente Unidos por la Dignidad (FUD), que lideró el obispo emérito de Iguazú, Joaquín Piña. “La misma soberbia de él lo condenó”, disparó el sacerdote, quien también se refirió al Presidente. “Creo que Kirchner se equivocó al apoyar a Rovira”, estimó. La oposición festejaba anoche ruidosamente en el centro de Posadas y otros puntos de la provincia el impactante resultado.

La caída del proyecto de reelección indefinida de Rovira representa la derrota de un aliado de Kirchner, que la oposición buscará capitalizar a su favor en el año electoral que se avecina. El Presidente se introdujo personalmente en la campaña de Rovira al viajar a la provincia a apoyarlo el 27 de septiembre. En esa oportunidad, recordó el rol de la Iglesia en la dictadura. “Nadie se quiere apropiar de las instituciones, menos quien se presenta permanentemente a elecciones”, afirmó en esa oportunidad sobre la reelección indefinida.

Ayer, una vez conocido el resultado, Rovira emitió un comunicado. “Cada ciudadano expresó su punto de vista libremente. El resultado no se discute, sólo se acata”, sostuvo.

En la Casa Rosada, que hasta último momento mantuvo el apoyo al gobernador, nadie hizo declaraciones ni hubo análisis del comicio que, sin dudas, motivará un replanteo en la estrategia oficial de cara a los próximos exámenes electorales en el interior del país.

El FUD conquistó buena parte del electorado de Posadas y acortó la brecha del interior, donde el gobernador se consideraba fuerte. De esta manera, la coalición que integraron la UCR, el Partido Socialista, la CTA, sectores de la CGT y partidos provinciales ligados al macrismo le arrebató a Rovira la posibilidad de ser reelegido por un tercer mandato, tras ocho años de gobierno. En el resultado jugó un papel la Iglesia misionera, con el apoyo del arzobispo Jorge Bergoglio. No está claro si buscarán repetir esta experiencia en otras provincias, donde también gobernadores vinculados al oficialismo pretenden ser rereelectos.

Por la mañana, bien temprano, Piña ofreció una misa “por la paz y la justicia” en el salón Virgen de Guadalupe para fiscales y jefes de mesa del FUD. “Rezo para que abran los ojos los misioneros y se den cuenta de lo que pasa”, dijo. A las 8, fue a votar a la escuela San Ignacio de Loyola. Fue uno de los primeros. Tras depositar el voto, afirmó: “He cumplido mi misión”. Pasó el resto del día en el Obispado.

Que no vuelva Carlos

A las 18, se desató un viento huracanado que sacudió Posadas, mientras el cielo se cerraba. Mientras caían las primeras gotas de lluvia, el FUD convocó a una conferencia de prensa en el coqueto hotel Julio César. Allí estuvieron los candidatos de la coalición opositora Juan Pasaman (CTA), Adolfo Velásquez (CGT-Camioneros), Luis Viana (PJ), el padre Juan Carlos Belgrano y Mariano Díaz (PS). Los candidatos eran todo sonrisas. Allí, entre columnas romanas, revelaron un boca de urna de la encuestadora Opinión Autenticada, en la que ganaban por 14 puntos. “En la provincia de Misiones simplemente ganó la democracia”, sostuvo el dirigente camionero. “El pueblo misionero se puso de pie y le dijo basta a este atropello”, señaló el socialista. “Tenemos que agradecer principalmente a monseñor Piña”, acotó Pasaman y los aplausos ganaron el salón, donde festejaron modestamente con chipá y agua.

En Iguazú, Piña salió también a declararse victorioso. “En el oficialismo están retaceando los datos porque no quieren que salga demasiado claro en los diarios de mañana”, consideró en referencia al lento escrutinio que en un comienzo dio como ganador a Rovira, en la medida que no se cargaban los datos de Posadas, la capital provincial, decisiva en el resultado final. A las 22.20, repentinamente se pasó de una diferencia de 0,6 puntos a favor del oficialismo a 11 puntos que beneficiaban a la oposición.

“Incluso nuestra gente más humilde que no se deja engañar, que no se vende por un plato de comida o una chapa, salió a defender su dignidad”, lanzó el obispo emérito. Que advirtió. “Han cometido demasiados errores del gobierno. Creo que se pasaron y eso llevó a una reacción popular. No fue fácil. Ellos disponían de todo el dinero del mundo. Fue una pelea desigual. Del otro lado se gastaron toda la plata. Se la gastaron por adelantado, por lo que ahora no habrá ni para pagar los sueldos”, afirmó Piña, y destacó que no seguirá en política.

Consultado sobre si la derrota afectaba a Kirchner, Piña confesó: “No lo había previsto. Yo al presidente siempre lo respeté. Yo lo apoyo en la defensa de los derechos humanos. Pero a lo largo de la campaña me di cuenta de que la situación nuestra se repetía en otras provincias”. “Fue el mismo presidente el que se encargó de nacionalizar el tema, al venir a Misiones a apoyar la reelección indefinida. Eso no le hizo mucho bien”, consideró.

Puerta asoma

En la plaza 9 de Julio apareció un misterioso volante que decía “¡Ya ganamos! Vamos por más. Puerta 2007. Macri Presidente”. Sorpresivamente, Puerta apareció por el Hotel Posadas a las 22, escoltado por Moisés Ikonicoff y con un séquito que lo vivaba. “Vaaaaamos, Ramoncitoooo”, gritaba una mujer de pelo negro y enrulado, que aplaudía cada frase del ex gobernador. “Yo no me quiero vengar de Kirchner ni de Rovira”, aclaró el ex gobernador y fugaz presidente de la Nación. Puerta le apuntó a su ex discípulo, Rovira, a quien enfrentó en 2003. Mientras Rovira apoyaba a Kirchner, Puerta siguió fiel a Menem, a quien acompañó durante los noventa hasta la re-re. “El mensaje de Misiones es importante para el resto del país, que no quiere mirar hacia atrás y no quiere grupos que tengan el poder en forma hegemónica”, le apuntó Puerta al Presidente.

–-¿Se está atribuyendo la victoria? –preguntó un periodista.

–Noooo, ¿cómo voy a hacer esa pavada?

“Yo creo que si alguien quiere aprovechar este triunfo para llegar a la gobernación, se equivoca. Esto está más allá de nuestras aspiraciones electorales”, dijo el empresario yerbatero, y adelantó que “en 2007 puedo estar en la intendencia de Apóstoles, en la gobernación o en la Nación”. De todas formas, el ex gobernador intentó despegar a Piña de su abrazo del oso. “Con Piña disentimos. La Iglesia Católica tiene dos mil años y yo solo tengo 55”, dijo sonriente.

En las calles de Posadas, el festejo se trasladó a las plazas céntricas al ritmo de los bombos, mientras los coches pasaban tocando bocina. Por hoy, no pensaban en quién vendrá después.