El Banco Central volvió a comprar fuerte ayer para sostener el dólar en 3,10 pesos, aunque no logró evitar un leve descenso en el mercado mayorista, ante una avalancha de divisas comerciales y financieras que presionan a la baja el tipo de cambio. El notable ingreso de capitales a la región hizo que el dólar en Brasil cayera por primera vez en más de seis años por debajo de los 2 reales. Diferenciándose de Brasil, el titular del Central, Martín Redrado, defendió la política oficial de acumulación de reservas para mantener un dólar alto.

“Las reservas son imprescindible, porque constituyen un respaldo de la política económica”, aseguró Redrado durante un seminario sobre flujo de capitales en América latina. “No hay que tentarse con los años de bonanza porque los ciclos económicos no son permanentes”, agregó, aludiendo a que las reservas son un reaseguro ante cualquier cambio en el escenario internacional. Y rebatió la idea de que el Central esté inundando el mercado de pesos para comprar dólares: “La acumulación de reservas y la absorción (de pesos) son consistentes porque el Central tiene superávit cuasi fiscal”, afirmó.

El ingreso de dólares al país se aceleró en las últimas semanas por dos vías. Por un lado, a partir de que empiezan a entrar las divisas de las exportaciones de la cosecha gruesa. Por el otro, disipados los temores de nuevas subas de la tasa de interés en Estados Unidos, los capitales financieros vuelven a fluir hacia la región en busca de mayor rentabilidad.

Ayer, el Central sumó 121 millones de dólares a las reservas, que llegaron a los 39.605 millones. A este ritmo, a más tardar la semana próxima se superará la barrera de los 40 mil millones, y la proyección más conservadora habla de unos 45 mil millones de dólares para fin de año. Sin embargo, nadie considera descabellado que este año se puedan alcanzar los 50 mil millones de dólares en el Central, una meta que extraoficialmente habría fijado el propio presidente Kirchner.

En este contexto, el Banco Central está apurando la flexibilización de las normas cambiarias para facilitar el giro de dólares de particulares y empresas al exterior y tratar así de compensar las presiones a la baja sobre el tipo de cambio. No sólo el Central está comprando en el mercado cambiario para atajar el dólar. También está interviniendo el Banco Nación, por cuenta y orden del Tesoro nacional, que adquiere dólares con parte del superávit fiscal. Menos efectiva parece ser la instrucción de la entidad que preside Redrado a los bancos privados, para que colaboren en la misión de aguantar al dólar.

Mientras tanto, en Brasil, el dólar cayó por primera vez desde febrero de 2001 a menos de 2 reales. Y la apreciación del real no deja de sorprender. En lo que va de 2007 la moneda brasileña se valorizó 7,98 por ciento en comparación con el dólar, que el último día hábil del año pasado había cerrado a 2,14 reales. El año pasado, el real se apreció 8,56 por ciento y 14,4 por ciento en 2005. Así, durante todo el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, desde el 1º de enero de 2003, registra una valorización de 78,5 por ciento.