En medio de un duro conflicto entre los pobladores y grupos ambientalistas y la empresa canadiense Barrick Gold por la explotación de la mina en el cerro Famatina, la compañía anunció ayer que abandonará definitivamente los trabajos de exploración. La minera es una de las más grandes del mundo y su operatoria había sido denunciada por contaminar las aguas de un valle donde existen producciones agrícolas. Famatina era uno de los principales proyectos de búsqueda de oro en el país.

El anuncio a la población corrió por cuenta del subsecretario de Derechos Humanos, Domingo Bordón, quien se encontró con los asambleístas autoconvocados que venían manteniendo cortado el acceso a la mina. Bordón les pidió a los pobladores que “desalojen el lugar y permitan la evacuación del personal y de la maquinaria por parte de la minera canadiense del campamento de Peñas Negras”.

Los pobladores de Chilecito y Famatina se hicieron fuertes en la resistencia tomando en cuenta su propia historia. Denunciaban que, hace 100 años, exploradores ingleses ya había empezado a extraer el oro de la mina sin dejar ningún beneficio a los habitantes. Hace exactamente nueve años, cuando se realizaban con éxito los primeros trabajos de exploración, el conflicto de intereses se reavivaba. En aquel momento las localidades de Famatina y Chilecito pugnaban por las regalías que dejaría la explotación de la antigua mina La Mexicana.

La última crisis se desató hace algunos meses, cuando los pobladores se unieron en el pedido de cierre de la explotación. No creyeron en las promesas de “minería responsable” planteada por la compañía. La denuncia hacía hincapié en que la mina dejaría sin agua ni aire puro a los pueblos. Y que, como ya había ocurrido con los ingleses, nunca verían los beneficios de la explotación de oro.

La crisis se agravó cuando los pobladores de Famatina y Chilecito y grupos ambientalistas decidieron el corte permanente en el camino de acceso al campamento minero. La tensión incluyó duros enfrentamientos entre el ex gobernador de La Rioja Angel Maza y el actual, Luis Beder Herrera. Hace dos meses, cuando Maza estaba suspendido en sus funciones, la Legislatura, dominada por Beder Herrera, aprobó una ley de un solo artículo que prohibió la minería a cielo abierto con la utilización de cianuro u otros elementos contaminantes. La ofensiva incluyó la creación de una comisión investigadora sobre el contrato que la empresa Yamiri –primero estatal y desde hace dos años sociedad anónima– firmó con la minera. Estas normas fueron decisivas para la decisión tomada por Barrick. Desde ese momento los ambientalistas cortaron el camino a la mina. Durante el conflicto, los pobladores se preocuparon por despegarse de la pelea entre Maza y Beder Herrera.

La empresa, según consignó ayer el gobierno riojano, pidió 12 días para efectuar el retiro de todas las máquinas. Pese al anuncio, los ambientalistas solicitaron al juez de Chilecito, Alfredo Ramos, que la empresa “firme un acta” en las próximas horas en el cual quede establecido su retiro definitivo de la zona.

La versión de la empresa es que el proyecto en Famatina no era prioritario –poseen un centenar de explotaciones de oro en el mundo– y que se encontraba en una etapa preliminar. En la Argentina, Barrick planea inversiones en la provincia de San Juan, en el proyecto Pascua Lama, y tiene en actividad otro yacimiento de oro llamado Veladero.