¿Qué opinión tiene sobre la metodología de protesta que implementaron los empresarios del campo?

–El nivel de la protesta depende del dolor que sufre aquel que es agredido. El agro cortó las rutas y generó desabastecimiento de alimentos, lo cual provocó un aumento de precios que pagaron todos los argentinos. ¿Se justifica ese nivel de violencia para el reclamo que está haciendo el campo? Los piqueteros, que representaban a sectores que estaban sufriendo hambre, no llegaron nunca a hacer una cosa parecida, pero había una protesta social enorme cuando los piqueteros cortaban el Puente Pueyrredón, apenas un par de horas. Estos señores cortaron las rutas en todo el país y no pareciera que su problema sea más grave que el problema del hambre de millones de personas. Hay una desproporción enorme entre el mecanismo de protesta que eligieron y lo que están reclamando.

–¿Considera que hubo otras motivaciones detrás de la protesta?

–Es obvio que el acto de Rosario y algunos cacerolazos han sido movimientos políticos contra el Gobierno que surgieron a partir de la suba de las retenciones, pero que no tienen nada que ver con las retenciones. La oposición se consolidó para reclamar a partir de este fenómeno.