Jueves, 25 de septiembre de 2008 | Hoy
ECONOMíA › BUSH ADMITIó LA GRAVEDAD DE LOS PROBLEMAS Y PIDIó QUE LO AYUDEN
El presidente estadounidense habló por cadena televisiva para reclamar la sanción de su plan de salvataje a los bancos. Afirmó que, si se demora, el país se enfrenta a “una larga y dolorosa recesión”. El mercado local, con menos impacto.
El presidente de Estados Unidos, George Bush, advirtió anoche a la población sobre la grave situación que enfrenta la vapuleada economía de su país. “Nos enfrentamos a una larga y dolorosa recesión debido a la grave crisis financiera”, dijo el mandatario ayer en cadena televisiva desde la Casa Blanca. Bush pidió apoyó al controvertido programa de rescate financiero, que involucra 700.000 millones de dólares. “Estamos en medio de una grave crisis financiera y el gobierno está respondiendo con acciones contundentes”, sostuvo el mandatario al justificar la intervención oficial en los mercados.
“De no aprobarse, Estados Unidos entrará en recesión y no podemos dejar que eso suceda”, con esta frase el mandatario apeló al patriotismo estadounidense para que apoye el megaplán. Se dirigió también a los líderes del Congreso y a los candidatos republicano, John McCain, y demócrata, Barack Obama, a quienes convocó a una reunión para hoy en la Casa Blanca a fin de tratar de llegar a un compromiso conjunto sobre el plan de rescate.
El discurso era ampliamente esperado por el sistema financiero. Mientras los principales mercados del mundo operaban frenéticos a la espera del megasalvataje estadounidense que no llega, la Bolsa local se mostró menos volátil y más preocupada por el contexto interno. Ayer la plaza accionaria porteña finalizó la rueda con un movimiento imperceptible, al ceder 0,04 por ciento el índice MerVal. Entre los títulos públicos volvió a pesar la decisión del Gobierno de reabrir el canje. Sin embargo, sobre el final de la jornada los inversores aprovecharon para tomar parte de las ganancias que dejó la euforia inicial tras conocerse la noticia.
Las acciones locales no despegan por completo de la volatilidad de Wall Street, pero el “humor interno” amortigua cualquier movimiento brusco internacional. El MerVal marcó una baja “puramente estadística” de 0,04 por ciento para cerrar en 1655,8 puntos. El volumen de negocios reflejó la prudencia de los inversores: apenas 49,7 millones de dólares. “Los bancos son los más beneficiados por el anuncio del pago a los holdouts, pero también los más perjudicados por las noticias de Estados Unidos”, explicó a PáginaI12 Julio Bruni, responsable de la consultora Arpenta.
En bonos se repitieron la tomas de ganancia de las últimas ruedas. Los títulos más castigados fueron el Boden 2014 y el Bogar 2018, con bajas de 1,6 y 1,2 por ciento, respectivamente. Por su parte, el Descuento en pesos perdió 1 por ciento y el Par quedó 0,8 abajo, mientras que el cupón del PBI cayó 2,1.
En la plaza cambiaria, el dólar volvió a carecer de demanda y el Central salió a ocupar ese lugar. El que se acomodó ligeramente hacia arriba fue el mayorista, siempre abastecido por los exportadores y algunos bancos que desarman posiciones por cuenta propia y de terceros: cerró a 3,1075 pesos. La ausencia de una contraparte permitió al Central recuperar unos 50 millones de dólares en reservas. Ayer el stock finalizó en 47.180 millones de dólares. En las agencias de cambio, el dólar se ofreció en 3,12 pesos, sin cambios.
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