Desde Madrid

Una de cal y otra de arena. Después de endurecer su política inmigratoria durante los últimos meses, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero parece dispuesto ahora a otorgar el derecho al voto a los inmigrantes extracomunitarios de cara a las próximas elecciones municipales del año 2011. Al menos, ésa será la postura que someterá la mesa dirigente del Partido Socialista a los delegados del próximo congreso del PSOE que comienza este fin de semana. El secretario de organización del partido, José Blanco, anunció ayer esta medida que necesitará de una reforma legislativa. El resto de los partidos políticos no vieron con malos ojos la iniciativa aunque, en el caso del conservador Partido Popular, la consideró secundaria.

No es la primera vez que se propone y hasta ahora nunca se ha concretado, por lo que las asociaciones de inmigrantes se han cuidado muy bien de salir en tropel a apoyar la nueva propuesta del Partido Socialista, sin embargo el énfasis puesto ayer por José Blanco a la hora de hacer el anuncio hace suponer que la hora del reconocimiento al derecho a votar en las elecciones municipales para los inmigrantes legales ha llegado. Blanco lanzó la propuesta en el programa Desayunos, de Televisión Española, aclarando que la medida favorecería a aquellos inmigrantes que llevan como residentes legales entre dos y tres años y cuyos países de origen se muestren dispuestos a elaborar convenios para que los españoles residentes en ellos también puedan ejercer este derecho. En la actualidad sólo pueden votar en las elecciones municipales los residentes provenientes de otros países de la Unión Europea, pero no los extracomunitarios.

La medida dejó sorprendidos a partidos y organizaciones sociales, ya que no formaba parte del programa electoral del PSOE ni estuvo presente en el discurso de investidura de José Luis Rodríguez Zapatero hace tres meses, pero Blanco la justificó añadiendo que será tratada en una subcomisión ad hoc creada en el Parlamento para el tratamiento de una reforma electoral más amplia, una medida que reclaman desde hace años los partidos minoritarios, como Izquierda Unida, que se sienten subrepresentados en el Congreso. Queda ahora en manos de los delegados socialistas que inaugurarán este fin de semana el congreso partidario aprobarla o no, aunque a juzgar por la presión que están realizando las bases para que el PSOE gire a la izquierda, todo hace suponer que pasará ese trámite sin inconvenientes.

El Partido Socialista afronta el congreso partidario del que saldrá reelegido sin oposición Rodríguez Zapatero con una particular revuelta de base que se ha expresado con dureza en los últimos días. Antes de que la sangre llegue al río, el partido tomó sus precauciones y ayer, junto al anuncio de la concesión del derecho al voto de los inmigrantes, José Blanco hizo saber que se sometería también a votación el llamado “testamento vital”, un modo elegante para designar a la polémica eutanasia, a la que se opone con todas sus fuerzas la jerarquía de la Iglesia Católica. “Se trata de hacer una sociedad con más derechos y libertades”, afirmó el secretario de Organización del PSOE.

Desde la oposición las respuestas no se hicieron esperar. Izquierda Unida se congratuló por la presentación de las nuevas propuestas, afirmando que la idea de otorgar el derecho al voto a los inmigrantes ha sido suya desde siempre, mientras que en el Partido Popular tampoco faltaron voces a favor, como la del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, y hasta la presidenta de la comunidad en la que se halla la capital y auténtica “dama de hierro” del partido, Esperanza Aguirre, afirmó: “Es una cuestión que yo creo que hay que estudiar. Si son ciudadanos con todos sus plenos derechos es lógico que puedan ejercer el derecho al voto”. La nueva secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, fue un poco más cauta. “Primero hay que garantizar la dignidad de estas personas” a través del “derecho al trabajo”, afirmó. Las reacciones del público en Internet y en los principales medios de comunicación no fueron tan entusiastas. Los lugares comunes y el racismo incipiente se hicieron sentir a través de todo tipo de comentarios descalificatorios con los políticos en general y con el PSOE en particular. Un fenómeno social que los socialistas tratan de atajar con esta propuesta, aunque es muy difícil que finalmente la lleven a cabo, afirmaban ayer en el Congreso conocedores de los entresijos parlamentarios que ya han visto este globo sonda salir de su escondrijo más de una vez sin que al final se hubiera concretado nada.