Venezuela anunció la nacionalización de la filial local de la empresa cementera mexicana Cemex. El gobierno bolivariano informó sobre su decisión ayer, tras sostener que se había vencido el plazo para acordar un precio de venta. La transferencia al Estado de la mayoría accionaria de la compañía había sido dispuesta por el gobierno en junio. “Vamos a tomar las plantas cementeras esta medianoche porque se acabó el plazo y pasan a manos del Estado”, sostuvo el presidente Hugo Chávez. Y subrayó que la medida es “un paso hacia el socialismo”.

Ante militantes socialistas que lo escuchaban en un acto partidario, Chávez dijo que el objetivo de la medida es utilizar la renta de las cementeras para lanzar con fuerza el plan de viviendas y de construcciones, y seguir desarrollando el país. “Como pasó con la siderúrgica del Orinoco (Sidor), como pasó con la Faja del Orinoco, como pasó con la compañía de teléfonos de Venezuela. Todo eso son pasos al socialismo”, sostuvo. Y reafirmó que el gobierno también tomará el control del Banco de Venezuela –en manos del grupo español Santander– anunciado hace tres semanas. “El gobierno no para ni parará. Mientras yo esté aquí, con el favor de Dios y el apoyo de ustedes, Venezuela marchará por el camino de la igualdad, de la justicia social y del socialismo”, agregó el mandatario.

Más temprano, el vicepresidente Ramón Carrizález había dicho que el gobierno concretaría la expropiación en la madrugada de hoy. Según explicó, los 1300 millones de dólares que la empresa pidió por su planta están “muy por encima” de su valor real. “La ley es bien clara, dice que al vencer el plazo se procede a la expropiación; nosotros iremos con todo el respeto a las leyes y el cumplimiento de las normas a tomar el control de esa planta”, declaró.

Otras empresas del sector no corrieron la misma suerte. Según informó Carrizález, el gobierno llegó a un entendimiento con la francesa Lafargue, con la que acordó la adquisición del 89 por ciento de las acciones, y con la suiza Holcim, por el 85 por ciento de las acciones. En los próximos 60 días, Caracas pagaría unos 267 millones de dólares por Lafargue y otros 552 millones de dólares por Holcim.

Por su parte, el ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, afirmó que los acuerdos dan cumplimiento al decreto de reordenamiento del sector cementero en Venezuela. “Hemos concretado una negociación exitosa con dos de las tres empresas que eran objeto del decreto de nacionalización; a este acuerdo se ha llegado una vez que se ha iniciado un proceso transparente de negociación de las empresas”, sostuvo. El 19 de junio pasado el gobierno dictó un decreto para reservar al Estado la operación de la industria de fabricación de cemento.

Venezuela ya había nacionalizado el año pasado la telefónica Cantv, la Electricidad de Caracas, varios de los complejos petroleros y hasta un teleférico que opera en el Cerro Avila, que bordea Caracas. Además, están pendientes los acuerdos con las petroleras estadounidenses Exxon y Conoco, así como con la italiana ENI.