En sólo 48 horas, 37 personas fueron ejecutadas en México. La violencia narco sigue creciendo en el país latinoamericano, a pesar del despliegue de 50 mil militares que ordenó el año pasado el presidente Felipe Calderón. Según cifras reveladas recientemente por su gobierno, ya suman más de 14 mil las personas asesinadas por el crimen organizado en los últimos tres años. La última ola de ejecuciones comenzó el jueves y terminó el viernes a la noche. La policía nacional informó que cinco mujeres fueron acribilladas a plena luz del día el jueves en el municipio de Petatlán. Ese mismo día, cuatro hombres aparecieron decapitados en el municipio de Coyuca de Catalán, en el sur del país. Al día siguiente un comando, que no se identificó, ejecutó con ráfagas de fusil AK-47 a dos policías municipales de Tijuana, en el estado de Baja California. Antes de irse dejaron junto a los cadáveres un mensaje con una advertencia contra la oficina del secretario de Seguridad Pública municipal, Julián Leyzaola. A lo largo de la jornada, la policía nacional registró otras 25 ejecuciones, todas adjudicadas a carteles del narcotráfico, en los estados de Chihuahua, Sinaloa, Morelos, Nayarit y Michoacán. Aunque el número de muertos no suele ser tan alto en un solo día, este tipo de crímenes es moneda corriente en el país y, según los últimos informes de las organizaciones internacionales de derechos humanos, cada vez menos asesinatos, secuestros y torturas son juzgados y sus responsables condenados.