En Turquía se realizaron ayer los funerales de los nueve asesinados en el ataque de Israel del lunes a la Flotilla de la Libertad, que pretendía llevar ayuda humanitaria a Gaza. Ocho de los muertos eran turcos y uno estadounidense de origen turco. Miles de personas los lloraron frente a la mezquita de Fatih, en el centro histórico de Estambul, y protestaron contra el gobierno israelí. “Israel es el ángel de la muerte”, gritaban mientras agitaban banderas turcas y palestinas. El presidente de Turquía, Abdulá Gul, dijo que el asalto al convoy humanitario dejará “secuelas irreparables” y afirmó que Israel cometió uno de los errores más graves de la historia. Entre tanto, regresó al puerto el buque irlandés “Rachel Corrie”, que originalmente integraba la flotilla pero se atrasó por desperfectos técnicos. “Llevaremos al “Rachel Corrie” a un puerto, sumaremos más personalidades de alto nivel a bordo e insistiremos en que periodistas de todo el mundo también nos acompañen”, comunicó la organización Free Gaza (Liberen Gaza). Aún no se sabe cuándo el barco intentará romper el bloqueo nuevamente.