Viernes, 23 de diciembre de 2011 | Hoy
EL MUNDO › PARO GENERAL EN BELGICA PARA FRENAR LA REFORMA JUBILATORIA
La huelga afectó sobre todo el transporte, pero también se sintió en los hospitales, colegios y cadenas de televisión y radios públicas y distintos sectores de la administración estatal. Para las centrales obreras fue un éxito rotundo.
Una huelga contra la reforma de las jubilaciones anunciada por el nuevo gobierno de coalición del socialista Elio Di Rupo paralizó ayer los servicios de transporte público de trenes, metro y autobuses en Bélgica. Los principales sindicatos del país convocaron a una huelga general en el conjunto del sector público, sobre todo el transporte, pero también en los hospitales, colegios y cadenas de televisión y radio públicas. Y señalaron que el paro fue un rotundo éxito, por el grado de adhesión que cosechó la medida de fuerza, que comenzó en la noche del miércoles y se prolongó hasta las 22 hora local (18 de Argentina). A la huelga, que afectó a la administración pública, se sumó además la red de ferrocarriles, que había comenzado a plegarse de manera intermitente el martes, sin preaviso, y que está previsto se extenderá, por lo menos, hasta el sábado.
Esta huelga del sector público, la primera desde 2005, se convocó el mismo día en que el Parlamento debe pronunciarse sobre una reforma de las pensiones, plan dirigido por Di Rupo, quien asumió el poder el 6 de diciembre, poniendo fin a la crisis política que dejó al país durante más de 540 días sin gobierno. El proyecto de ley no pretende modificar la edad de jubilación, fijada en los 65 años, pero sí busca retrasar en dos años el límite de edad para los trabajadores que se acogen a la jubilación anticipada, muy común en Bélgica, que de ser aprobado pasaría a los 62 años.
Las medidas forman parte del programa del gobierno para reducir el déficit público y la deuda en el país, uno de los más amenazados por la crisis de la deuda. La agencia de calificación Moody’s redujo recientemente la nota de la deuda de Bélgica en dos escalones, a “Aa3”, aduciendo un deterioro en las condiciones para la financiación de los países de la Zona Euro. Además de la edad, en Bélgica el sistema de pensiones se calcula teniendo en cuenta los años trabajados cotizados (45 años), la situación familiar y el salario promedio obtenido durante la carrera.
De todas maneras, las pensiones en Bélgica son una de las más bajas en Europa: un trabajador del sector privado, casado y con 45 años de carrera, obtiene como media una pensión de 1155 euros, mientras que una mujer recibe 634 euros, según un estudio. En cambio, si se trata de un funcionario público el promedio ascenderá a 2400 euros mensuales para un hombre, 2000 para una mujer. Al igual que en el resto de Europa, la estabilidad de los sistemas actuales de pensiones en Bélgica se ven afectados por el fuerte envejecimiento de la población.
La reformas de las pensiones constituyen uno de los temas más sensibles en toda Europa como medida para paliar la crisis de la deuda, en momentos en que los gobiernos intentan cumplir con las medidas draconianas impuestas por Bruselas. En España, el nuevo presidente del gobierno, Mariano Rajoy, anunció nuevos recortes en el sector público en 2012, por al menos 16.500 millones de euros, para intentar contener el déficit, aunque aseguró que no tocará las pensiones.
En un comunicado, la compañía nacional de ferrocarriles (SNCB) confirmó el paro total de sus servicios y señaló que se prevén graves perturbaciones en los próximos días, por lo que calificó como una huelga salvaje. Los sindicatos también desplegaron piquetes en las principales autopistas de entrada y salida a Bruselas, lo que provocó un sinnúmero de embotellamientos que llegaron hasta 140 kilómetros de colas, según informó el diario local Le Soir.
El aeropuerto de Bruselas, en tanto, funcionó con total normalidad y, hasta el cierre de esta edición, no se habían registrado cancelaciones de vuelos por el paro, a pesar de que los sindicatos convocaron tanto a pilotos como a personal de cabina. Ni las prisiones se salvaron de la medida de fuerza, ya que el 80 por ciento de los guardiacárceles del país se plegó a la huelga. Por eso, fueron sustituidos por policías que realizan otros servicios.
Tres días antes de la Navidad, en las calles de Bruselas, sede de varias instituciones de la Unión Europea, no circulaba ni un solo autobús, ni el metro ni trenes. Tampoco funcionaban las líneas de trenes de trayectos internacionales, como Eurostar o Thalys. “Hay personas que no han podido llegar hasta la oficina pues viven lejos y no hay trenes. En esos casos los funcionarios que no vienen, pues no tienen otro medio de transporte, deberán trabajar desde sus casas”, contó una funcionaria brasileña de la Comisión Europea.
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