Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) plantearon ayer el primer desafío al proceso de paz al proponer como uno de sus negociadores a Simón Trinidad, condenado a 60 años de prisión en Estados Unidos. El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, respondió que el proceso debe ser realista y enfatizó que “hay cosas que se pueden y otras que no”.

Un día después que el gobierno, el grupo guerrillero anunció que los líderes en las negociaciones de paz serán Iván Márquez y Jesús Santrich, integrantes del secretariado. Las designaciones para las conversaciones, que se celebrarán en octubre en Oslo, fueron informadas por el jefe máximo de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, en un video difundido en La Habana. El mensaje de Timochenko fue emitido durante una conferencia de prensa que ofreció en el Palacio de Convenciones de la capital cubana Mauricio Jaramillo, quien reveló otra pretensión de la insurgencia: que otro de sus representantes en las negociaciones sea Simón Trinidad, preso en Estados Unidos. “Ustedes serán portadores de esa noticia, de que las FARC han tomado la decisión de tener a Simón en la mesa de diálogo”, expresó Jaramillo.

Para participar del diálogo, Juvenal Ovidio Ricardo Palmera, alias Simón Trinidad, debería ser trasladado primero a Oslo y luego a La Habana, donde tendrán lugar las negociaciones. Para ello debe autorizarlo tanto el gobierno de Colombia como el de Estados Unidos. Sin dar mayores explicaciones, Jaramillo fue todavía más allá y aseguró que en el inicio de las negociaciones Trinidad estará en la delegación guerrillera presente en la capital noruega. “Nosotros tenemos a Simón Trinidad en la mesa de negociaciones. El está condenado en los Estados Unidos por ser de las FARC. Es nuestro deber rescatarlo a él y a Sonia, y por eso estará en nuestra mesa de negociaciones a pesar de las molestias que esto pueda ocasionar”, subrayó. Sonia, alias de Anayibe Rojas, e Iván Vargas, apodo con el que se conoce a Jorge Enrique Rodríguez Mendieta, fueron extraditados a Estados Unidos en 2005 y 2008, respectivamente.

El jefe guerrillero afirmó, también, que el primer punto que la organización planteará en Noruega es una propuesta de cese del fuego bilateral, un punto no contemplado en el acuerdo inicial y del que el presidente Santos se había jactado esta semana. El cese de las operaciones es un punto sensible porque los sectores más duros de Colombia consideran que cada vez que se abrieron diálogos con períodos sin ataques, y hasta con zonas de despejes militares, las FARC se fortalecieron. El grupo rebelde no descartó tampoco que ambas partes admitan más adelante a otros países u organismos internacionales para acompañar el proceso.

Además de poner en jaque a Santos, quien debe dar el visto bueno al equipo negociador de la organización para que la Fiscalía General de la Nación levante las órdenes de captura contra quienes representarán a las FARC en las negociaciones de paz, este anuncio involucró directamente a la Casa Blanca. Ante la situación, el Departamento de Estado rechazó hacer cualquier tipo de comentario al respecto y derivó las preguntas de los periodistas al Departamento de Justicia, que no se ha pronunciado sobre el asunto. Una de las abogadas defensoras de Trinidad en Estados Unidos, Laurie Quince, explicó ayer en términos legales que “es imposible” que el hombre pueda participar. “Supongo que la única vía, si es que existe, sería diplomática”, señaló.