Domingo, 7 de octubre de 2012 | Hoy
EL MUNDO › UNA CAMINATA POR PETARE, LA BARRIADA CARAQUEÑA DONDE LA REELECCION SE VE COMO SEGURA
Hoy se vota en Venezuela y la expectativa es grande, con el país entero calculando los resultados. Pero en los barrios populares de la capital, la lealtad “al rojo” es un hecho y nadie especula con una derrota.
Por Mercedes López San Miguel
Desde Caracas
Al llegar a una ruta que conducía a la barriada Petare, una de las más populosas ubicada en el estado de Miranda, una imagen casi de ficción se hizo presente: una caravana de autos con coronas y motos descendía por el otro lado y se escucharon tres disparos. “Es el modo en que homenajean al muerto”, dijo el conductor y conocedor del lugar. Desde abajo se podían ver diminutas las casas amontonadas en el cerro, también se veían decenas de edificios nuevos señalados como parte de la Gran Misión Vivienda que puso en marcha el gobierno de Hugo Chávez tras las inundaciones de 2010. Petare, que significa frente al río, sufrió el paso del temporal y el desborde del río Guaire.
A medida que se iba ascendiendo por las calles laberínticas del Petare, se veían fotos de Chávez pegadas en las casas y en los pasacalles. Era sábado a mediodía, día previo a la contienda electoral entre el líder bolivariano que aspira a un nuevo gobierno y su contendiente de la Mesa de Unidad Democrática, Henrique Capriles Radonski, y en la gente se percibían ganas de hablar del tema. Desde la puerta de su casa, una señora muy mayor de nombre Carmen Rivas dijo que va a votar al líder bolivariano. “Es el único presidente que ha visto a los pobres y los ancianos”, dijo Carmen, de 84 años, que vive desde hace treinta en el barrio. Señalando una foto de Chávez pegada en la ventana, dijo: “Este se va a morir de viejo”, y se tomó su rosario del cuello. Carmen ha rezado por Chávez, porque el presidente estuvo tratándose un cáncer del que, según ha dicho públicamente, se ha curado.
“El que se mete con Chávez, se mete con el barrio”, decía la pintada de la casa de enfrente.
La vecina de Carmen se sumó a la charla. Rosa Hernández espera en algún momento tener una casa que no se inunde cuando llueva. Se inscribió en la Misión Vivienda y la llamaron, pero nada por ahora. “Mi marido está enfermo de una hernia y mis nieticos están asmáticos”, contó Rosa, que trabaja por hora como doméstica.
A unos metros de las vecinas Carmen y Rosa, una mujer miraba curiosa detrás de la puerta con rejas. Se le preguntó por quién decidirá su voto y respondió que por Capriles, básicamente porque hay inseguridad. “La otra noche un vecino loco anduvo de machetazo con los autos. Pepe (su marido) llamó a la policía y le dijeron que iban a subir si había un muerto”, dijo Luisa Maestre, de 62 años. Luisa, que trabaja en la gobernación de Miranda –de donde es gobernador Capriles–, agregó otro motivo: “Porque él dice que va a poner el país a funcionar como debe. Con Chávez hay pura regaladera a los extranjeros, como Cuba y Bolivia. Acá, todo el mundo pelado”.
En Petare, varios habitantes hablan de los médicos cubanos que llegan a atender como parte de la Misión Barrio Adentro. “A mi madre la operaron de cataratas”, dijo Miriam Medina. Es un ama de casa que votará por Chávez, aunque esté preocupada por los robos. “Elegiste un barrio bueno entre todos éstos”, dijo a esta cronista. Jaquelin Palma, una madre de dos niños pequeños, dijo que a su madre la llevaron a operarse de la vista a Cuba.
Petare es un bastión del chavismo, el electorado suele votar un 70 por ciento al gobierno y un 30 por ciento lo hace a los partidos de la oposición. Suele haber alta abstención por aquí, debido a que para muchos, el centro electoral les queda lejos de su casa. En la recorrida por las calles estrechas y empinadas se veían carteles de Capriles con la inscripción: hay un camino, el slogan de su campaña.
Capriles es el candidato que representa a una treintena de partidos de oposición, desde los tradicionales Acción Democrática y Copei, hasta partidos minoritarios de izquierda como Causa R y Podemos, pasando por su partido de derecha Primero Justicia. Capriles ha hecho una campaña yendo casa por casa, barrio por barrio, para hacerse conocido y, según señalan analistas, para llevar un discurso que genere confianza. En la alianza confluyen sectores de economía de mercado como Primero Justicia y los que están de acuerdo con que el Estado intervenga. Capriles intenta mostrarse como un candidato que está en el medio de ambas posturas.
Era claro a quién va a votar el kiosquero de nombre José Morón, que atendía detrás de las rejas. “Capriles es un tipo joven. Pienso que no se trata de un proyecto de hombre, sino de país. Va a terminar con esta confrontación que viene desde 1998”, dijo, quien tiene 60 años y reconoció que no puede andar por el barrio con la “franela” (remera) del partido opositor. “Acá es una realidad, si te apareces con una franela que no sea roja, te quieren linchar.”
Si el gobierno de Chávez gana en Petare como en el barrio 23 de Enero es en parte gracias a las misiones sociales que ha impulsado. Estas políticas gestionan desde centros de salud hasta viviendas para damnificados, becas de estudio y apoyos a pequeñas empresas. En un sector más apartado de este barrio está funcionando un comedor comunitario y una misión Mercal –mercados con alimentos a precios baratos– y está a medio construir un hogar para niños en situación de calle. Omar González, parado en la puerta de Mercal, dijo que el emprendimiento del centro para chicos es parte de las decisiones del consejo comunal, que vino a sustituir la asociación de vecinos.
Tan destacadas han sido las políticas dirigidas a los sectores populares que Capriles, un hombre que pertenece a un partido de derecha, ha insistido con que no las quitará en caso de ser elegido. Y si de encuestas se trata, hay para todos los gustos, aunque en su mayoría señalan una victoria de Chávez por diez puntos. Encuestadoras afines a la MUD le otorgan una ventaja de unos pocos puntos al candidato opositor y algunas encuestadoras señalan un empate técnico.
En Petare los ánimos seguían en alto pasado el mediodía sabatino. Una mujer que dijo votar por Capriles, porque toda su familia es opositora, no terminaba de hablar cuando su hermano le dijo que estaba mintiendo, que ella incluía en esa lista a las primas, como Daisy.
Eso hizo que un joven que pasaba por la puerta gritara “hay un camino, hay un camino” y que otro parado más allá replicara “el camino de la revolución”. Así comenzaba un griterío entre vecinos.
La discusión quedará saldada hoy, cuando el Consejo Nacional Electoral dé a conocer al ganador. Como aventuró un vecino, acá habrá fiesta.
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