Jueves, 6 de junio de 2013 | Hoy
EL MUNDO › AL ASSAD PLANEA UN ASALTO A LA PRINCIPAL CIUDAD DEL PAíS, ALEPPO
Los rebeldes perdieron la ciudad tras tres semanas de enfrentamientos. Damasco cuenta con el apoyo de la milicia chiíta libanesa Hezbolá y el presidente Assad llega en mejor posición a las conversaciones de paz.
Por Kim Sengupta *
Se cree que las fuerzas de Bashar al Assad están preparando un asalto a la ciudad más grande de Siria después de haber capturado la estratégicamente importante ciudad de Qusayr con gran respaldo de Hezbolá del Líbano. La pérdida de la ciudad por parte de los rebeldes –que tiene un valor simbólico para ambos lados de la guerra civil del país–, después de tres semanas de fuertes luchas, llega en medio de informes de que el régimen está preparándose para retomar Aleppo. Tal ataque sería con más ayuda de Hezbolá: algunos comandantes de la milicia chiíta afirman que están listos para llevar a miles de hombres a través de la frontera.
La oposición mantiene el control de una mitad de la norteña ciudad de Aleppo y una batalla para recapturarla será sangrienta, con la oposición consciente de que un fracaso para mantener sus posiciones sería un retroceso. Grandes franjas del territorio permanecen fuera del control del régimen dos años después del comienzo del levantamiento. Pero las recientes ganancias hechas en tierra han puesto al presidente Assad en una posición más fuerte antes de las conversaciones de paz en un intento de ponerle fin a un conflicto que se ha cobrado 80.000 vidas hasta ahora. El enviado internacional de la ONU para Siria, Lakhdar Brahhimi, dijo que las demoradas conversaciones pueden tener lugar en julio. Los funcionarios estadounidenses y rusos mantuvieron una reunión preliminar ayer en Ginebra, el anticipo de las proyectadas conversaciones.
El Consejo Nacional Sirio (CNS), de la oposición, mantiene que ningún cese de fuego es posible mientras el presidente Assad siga en el poder y Hezbolá participe en la lucha. Siguen las expectativas entre los diplomáticos de que el CNS será persuadido de asistir a las conversaciones por sus partidarios en la Liga Arabe y en Occidente. Hay un profundo temor de que fracasen las conversaciones o no tengan lugar, porque se aceleraría el efecto contagio del conflicto hacia los países vecinos. Los residentes en el suburbio de Dahiyah, predominantemente chiíta en Beirut, celebraron después que se conociera la noticia de la caída de Qusayr. El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, ha dado un apoyo inequívoco al régimen de Assad y su participación en Siria probablemente aumente si continúa la lucha.
Además, la entrada de la milicia chiíta demarcará aún más la guerra a lo largo de la línea sectaria entre los Alawites, una filial chiíta de donde provienen el presidente Assad y la elite gobernante, y la oposición mayoritariamente sunnita. La ansiedad por continuar con las conversaciones de Ginebra es considerada uno de los motivos por lo que los estadounidenses están pidiendo precaución después de la última afirmación de Francia y Gran Bretaña de que el régimen ha estado usando gas sarín. Los funcionarios en Washington declararon que una evidencia más fuerte sería necesaria para probar que el presidente Assad había cruzado los límites de las armas químicas establecidos por Barack Obama.
Mientras, las organizaciones humanitarias pidieron ayuda para las víctimas de armas convencionales en Qusayr. Los médicos dijeron que quedaba poco o nada de medicinas para los heridos graves que no podían irse cuando gran parte de la población huyó de la batalla. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) dijo que esperaba poder tener acceso. Hay informes de cientos de personas que han sido heridas según la vocera Rima Kamal a la BBC. Quasyr, que tenía una población de 30.000 personas antes del ataque, era de gran valor para ambos lados. Su captura significa que el régimen tiene un corredor de tierra a la costa mediterránea donde está basada en su mayoría la comunidad Alawita. Antes de las recientes victorias, se especulaba que el presidente Assad retrocedería si caía Damasco.
Los rebeldes han perdido ahora su línea de abastecimiento a manos de la frontera libanesa, a sólo 10 kilómetros de distancia, y los pueblos sunnitas en el área son más vulnerables a las acciones del régimen y de Hezbolá. Aunque la mayoría de los combatientes rebeldes en Qusayr eran locales, voluntarios de otras partes del país llegaron para defender la ciudad. Entre ellos había varios cientos de Jabbat Al Nusra, un grupo islamista de línea dura, descripto como una organización terrorista por Estados Unidos. El general Salim Idriss, el jefe del Ejército de la Libertad de Siria de la oposición, había acusado al gobierno libanés de no hacer nada mientras Hezbolá invadía Siria. Ahora hay una gran cantidad de combatientes de Hezbolá en Siria, declaró, diciendo que esto les permitía a los rebeldes llevar a cabo ataques sobre la milicia chiíta dentro del Líbano.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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