Los guatemaltecos irán a las urnas, no sólo para elegir un nuevo presidente, sino para empezar a zanjar la inédita crisis política derivada de la renuncia y detención de las máximas autoridades del país. Catorce candidatos, aunque solo tres con chances reales de triunfo, según las encuestas, buscarán quedarse con el sillón presidencial que hasta el jueves ocupó Otto Pérez Molina y que ahora le pertenece a Alejandro Maldonado, responsable de la transición hasta enero. En tanto, el ex mandatario guatemalteco, de 64 años, continuará detenido y privado del voto en las elecciones de hoy.

El empresario derechista Manuel Baldizón, la socialdemócrata Sandra Torres y el comediante Jimmy Morales aparecen como los aspirantes mejor posicionados para la compulsa, en la que, además de presidente y vice, se elegirán 158 diputados para el Congreso nacional y 20 para el Parlamento Centroamericano, además de 338 corporaciones municipales para el período 2016-2020. La ley guatemalteca obliga a una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados si ninguno de los postulantes alcanza la mitad más uno de los votos, y en este caso está prevista para el 25 de octubre. En la historia del país, hubo ballottage en todos los comicios presidenciales.

Baldizón, candidato de Libertad Democrática Renovada (Líder), primero o segundo en las encuestas, según distintas firmas, fue diputado en el período 2004-2010 y avanzó a la segunda ronda de los comicios de 2011, pero perdió ante el ahora ex presidente Pérez Molina.

Por su parte, Torres, ex primera dama –fue esposa del presidente Alvaro Colom–, es postulada por Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), y el actor y humorista Morales es impulsado por el Frente Convergencia Nacional (FCN).

Hoy se definirá también el Congreso en el que gobernará el futuro jefe de Estado, con la elección de 31 diputados por listado nacional y 127 distritales. En las elecciones de 2011, el Partido Patriota (PP) del ex mandatario Pérez Molina ganó 56 escaños, seguido por la UNE y la Gran Alianza Nacional (GANA), cada uno con 47, aunque un alto porcentaje de los legisladores cambió de agrupación y se trasladó a Líder, que ahora tiene mayoría en el hemiciclo. Los electores guatemaltecos también definirán a sus 20 representantes en el Parlamento Centroamericano y a sus alcaldes, síndicos y concejales de los 338 municipios que componen el país, incluidos cuatro poblados recién creados que harán su estreno en comicios generales. En la capital del país, el ex presidente Alvaro Arzú (1996-2000) domina las encuestas y podría lograr un quinto período al frente de la Municipalidad de Guatemala de la mano del Partido Unionista (PU).

El jefe de Estado y vice que resulten de los comicios de hoy, o de la segunda vuelta pactada para octubre, tomarán el poder el 14 de enero, cuando termina el mandato de Pérez Molina que completará Maldonado, quien el jueves juró ante el Congreso nacional. Un dato saliente de estos comicios es que de los cerca de siete millones y medio de votantes tiene entre 18 y 35 años, una franja de ciudadanos que fue clave en las distintas manifestaciones callejeras que se sucedieron en Ciudad de Guatemala y las principales urbes del país en reclamo de fin de la corrupción y en favor de una renovación de la clase política.

La coyuntura es de una efervescencia inusual, después de meses de protestas impulsadas en buena medida por el descubrimiento de una red de defraudación aduanera, conocido como La Línea, por la que están presos la ex vice Roxana Baldetti y Pérez Molina. Ambos están acusados de cobrar sobornos por unos 3,7 millones de dólares a cambio de facilitar la evasión de impuestos en las importaciones. Las manifestaciones y las dos renuncias de mandatario y vice, incluso, generó que desde algunos sectores se reclamara la suspensión de los comicios. Desde la Organización de Estados Americanos (OEA), se hicieron llamados a mantener la fecha de los comicios pese a la crisis, para garantizar la continuidad del proceso democrático iniciado hace 30 años en el país, después de la dictadura que perpetró el mayor genocidio en la historia guatemalteca. Algunos analistas especulan con que parte de esa insatisfacción, sobre todo en sectores urbanos, se canalice a través de un voto castigo, que puede ser en blanco, nulo o por opciones minoritarias, en un país en el que habitualmente las cifras de abstencionismo son relativamente bajas.

Por su parte, la audiencia que decide si Pérez Molina queda bajo proceso por corrupción fue aplazada para el martes próximo para analizar a fondo los argumentos de la Fiscalía y la defensa. “Lo prudente es aplazar la audiencia para proceder a dictar la resolución”, explicó el juez Miguel Angel Gálvez, después de dos días de escuchar alegatos. El magistrado decidió, además, que Pérez Molina siga en detención provisional en el cuartel militar de Matamoros, ubicado en un barrio del norte de la capital guatemalteca.