Domingo, 10 de enero de 2016 | Hoy
EL MUNDO › HABLA ROBERTO CALDAS, TITULAR DE LA CORTE NTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
“Por lo que he observado, en mi país hay una sociedad activa y una institucionalidad que funciona,” dijo el jurista brasileño, que preside la Corte internacional con sede en Costa Rica, en referencia al gobierno de Rousseff.
Por Darío Pignotti
Desde Brasilia
Para el flamante titular de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el brasileño Roberto Caldas, es improbable que la presidenta Dilma Rousseff sea derrocada por un golpe institucional como el alentado por la oposición, que prometió mantener vivo el tema durante el verano y convocar a nuevas manifestaciones después del Carnaval. Cuando espera reconquistar el apoyo social perdido en noviembre y diciembre del año pasado mientras se realizaban las primeras movilizaciones, algunas multitudinarias, de respaldo al gobierno. “No creo que se llegue tan lejos como a un golpe”, señaló Caldas, que desde el primero de enero preside la Corte Interamericana. “Pero es verdad que estamos ante una situación que nos presenta una serie de complejidades y los acontecimientos todavía están en curso, el cuadro está abierto. Como integrante de la Corte no puedo manifestarme sobre ningún caso solo diría, por lo que he observado, en mi país hay una sociedad activa y una institucionalidad que funciona”.
El magistrado evitó la expresión “golpe” utilizada por la presidenta Rousseff y el Partido de los Trabajadores cada vez que denuncian a sus enemigos políticos como el ex mandatario Fernando Henrique Cardoso y su correligionario Aécio Neves, candidato presidencial derrotado en 2014. Ellos y el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, insisten en la estrategia destituyente afirmó Rousseff –sin nombrarlos– el jueves en su primera conferencia de prensa del año.
La presidenta, al igual que Luiz Inácio Lula da Silva con quien se reunió el martes, consideran “ilegal” al impeachment de quienes “no aceptan el veredicto de las urnas”. En cambio Cardoso, Neves y los medios de comunicación planten que el juicio político, aunque carezca de pruebas sólidas, “no es golpe”. Es necesario que la oposición “esté mínimamente comprometida con el país... en 2016 no se va a repetir lo de 2015, se agotó el modelo de cuanto peor, mejor” aseguró Rousseff. En las dos últimas reuniones del Mercosur, la de julio en Brasilia y la de diciembre en Asunción del Paraguay, la jefa de Estado reivindicó la democracia conquistada luego de prolongadas dictaduras, que en Brasil duraron 21 años.
Durante la cumbre asunceña el presidente pro témpore del Mercosur, el líder uruguayo Tabaré Vázquez, respaldó la continuidad institucional brasileña y a la presidenta. “Estamos con usted, compañera”, dijo dirigiéndose a Dilma. A nadie escapa que la robustez democrática sudamericana depende, de alguna forma, de cómo se resuelva la crisis brasileña.
Página/12 consultó al juez Roberto Caldas sobre la polémica jurídica surgida frente a la destitución de gobiernos democráticos a través de asonadas aparentemente legales. “Ahora no es como en los años 70 cuando los militares sacaban a un presidente por la fuerza, ahora existen otras situaciones más complejas..., pero cada caso es un caso”, respondió.
El magistrado no quiso anticipar cuál sería la posición de la Corte Interamericana, vinculada a la OEA, ante una eventual deposición del gobierno elegido por 54 millones de brasileños en octubre de 2014. Aunque brindó pistas. Recordó que ese organismo ya tipificó como “golpes” los perpetrados en Venezuela en 2002 contra Hugo Chávez y el de 2009 contra el ex presidente hondureño Manuel Zelaya, quien se refugió durante meses en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa.
Hasta hoy la prensa y la derecha brasileñas eluden reconocer que lo de Honduras fue un golpe tras el cual surgió un régimen despótico. “En noviembre de 2015, hubo un análisis en la Corte sobre el golpe de Estado en Honduras, cuando era presidente el señor Zelaya, y quedó determinado que hubo la dimisión de jueces después. En el caso de Honduras la Corte también reconoce que lo que hubo fue un golpe.” “También se analizó un proceso que vino desde Venezuela donde se reconoció que en 2002 hubo un golpe de Estado, esto fue reconocido por la OEA, por la ONU”, añadió Caldas.
–¿Están consolidadas las democracias latinoamericanas?
–La Corte Interamericana contribuye con sus sentencias al establecimiento concreto, positivo, de parámetros que están consagrados en la Carta Democrática Americana y en el Pacto de San José, en los dos se prioriza a la democracia y la conducta democrática de nuestros pueblos. Yo respondería sintéticamente así a su pregunta: la estabilidad institucional y democrática son prioritarias, son lo que siempre propugna la Corte.
–La oposición brasileña amenaza con iniciar el impeachment en marzo.
–Esto por ahora es una hipótesis, no puedo hablar sobre algo que no ha ocurrido. Lo que puedo decir es que la Corte ha planteado en otros casos que todas las acusaciones contra las autoridades, como los jefes de Estado, deben ser respaldadas por pruebas absolutas... Debemos respetar las garantías establecidas por el estado de derecho. Se deben seguir todos los pasos previstos en la ley y evitar enjuiciamientos sumarios para satisfacer alguna presión de la opinión pública. La estabilidad democrática en América latina, donde vivimos muchos años bajo regímenes de excepción, es algo que contribuye a la emancipación de nuestros pueblos a través de la ampliación de los derechos humanos y sociales.
–¿O sea, cuanto menos golpes, mejor?
–Eso quiere decir que cuanto más estables sean nuestras democracias nuestros pueblos tendrán mejores condiciones para conquistar más derechos. Y al mismo tiempo hay que mantener la estabilidad sin dejar de combatir la corrupción y otras irregularidades que puedan ocurrir.
–Rousseff denunció el peligro de un “golpe a la paraguaya”. ¿La Corte se pronunció sobre la caída del presidente paraguayo Fernando Lugo en 2012?
–En la Corte todavía no recibimos ninguna denuncia formal sobre el caso paraguayo, pero tengo entendido que ya hay denuncias ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Nosotros en la Corte tratamos aquello que nos es presentado por la Comisión, que previamente analiza el expediente.
–Volviendo a Brasil, la Comisión denunció ante la Corte varias violaciones de derechos humanos en Brasil.
–Sí, así es, porque existen problemas de derechos humanos en Brasil como el problema carcelario que demanda una solución impostergable, o el problema de la violencia que aún se ve en el comportamiento de la policía. En todo caso mi visión es que hay un cuadro problemático donde se ven señales de evolución, Brasil está evolucionando en materia de derechos humanos en los últimos años.
–¿Cuál es la situación en América latina?
–Cada país plantea sus particularidades, lo que le puedo decir es que el cuadro general latinoamericano es de franca evolución, especialmente en materia de derechos sociales. La ampliación de derechos para los sectores más desfavorecidos económicamente es algo que tiene un efecto emancipación para gran número de ciudadanos. Pero no podemos bajar la guardia porque continúan las graves violaciones de los derechos humanos en materia de ataques a la libertad de expresión, a los derechos de las mujeres, contra la comunidad de gays y minorías sexuales, contra los indígenas, comunidades negras, etc.
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