Hillary Clinton y su esposo Bill encontraron en Nevada un estado fiel que esta vez le dio el triunfo a la ex primera dama.
Imagen: AFP.

Impulsada por el apoyo de los trabajadores de los hoteles y casinos de la ciudad de Las Vegas, Hillary Clinton logró imponerse frente a Bernie Sanders en los caucus de Nevada. Al cierre de esta edición, con el 87 por ciento de las mesas escrutadas, la ex secretaria de Estado obtuvo el 52,6 por ciento de los votos, mientras que el senador de Vermont consiguió el 47,4 por ciento de los sufragios. De esta forma, se confirmó el favoritismo de la esposa del ex presidente Bill Clinton en el llamado “Estado Plateado”, conseguido en buena parte gracias a la fuerte adhesión de la comunidad hispana, que en ese estado representa casi el 25 por ciento de la población.

Antes de saludar a sus seguidores en el emblemático hotel Caesars Palace de Las Vegas, sede de su campaña en el estado, Clinton celebró su victoria a través de su cuenta de Twitter. “A todos los que acudieron a cada esquina de Nevada con determinación y corazón: Esta es su victoria. Gracias”, escribió la ex funcionaria estadounidense en las redes sociales. Luego, la ganadora del caucus (asamblea) de Nevada subió al escenario montado en el hotel junto a su esposo y su hija, desde donde aprovechó para agradecer a sus votantes, quienes gritaban “Sí se puede”, el lema acuñado por el activista chicano César Chávez en los años 70, y que apropiado por los latinos y las mujeres en Nevada. “Algunos pueden haber dudado sobre nosotros, pero nosotros nunca dudamos de nosotros mismos”, remarcó. “Los estadounidenses tienen derecho a estar enojados, pero también hambrientos de solucione de verdad”, dijo. “Necesitamos más empleos, más oportunidades”, señaló, y luego se dirigió a los jóvenes. “Necesitan ayuda con las deudas que tienen, por eso tengo un plan”. Además, aprovechó su discurso para marcar diferencia con Sanders, cuya campaña centra sus críticas en el poder desmedido de los bancos. “Nunca he creído en dividir América entre ellos y nosotros”, opinó. “Vamos a construir escaleras para que cada americano pueda llegar tan lejos como su trabajo le lleve”.

Clinton necesitaba esta victoria para subir la moral de sus seguidores, luego de la rotunda derrota que le propinó en New Hampshire el veterano senador, cuyo mensaje antiélites y antiWall Street caló hondo entre los votantes más jóvenes del Partido Demócrata. Una victoria de Sanders en Nevada habría sido catastrófica para Clinton, ya que habría sugerido que el electorado del veterano senador se habría extendido más allá de su base central de liberales blancos.

Por su parte, Sanders reconoció la derrota, pero expresó su esperanza de cambiar la situación en el “supermartes”, nombre con el que se conoce a la fecha en la que 15 estados celebrarán elecciones. “He llamado a Hillary para felicitarla por su victoria”. El parlamentario celebró, sin embargo, el drástico achicamiento de diferencias que logró desde que comenzó la campaña, que pronosticaba una diferencia de hasta 35 puntos respecto a Clinton. “Tenemos un sistema de financiación de campañas políticas corrupto que está menoscabando la democracia estadounidense. El sistema de justicia está roto. Si sos un ejecutivo de Wall Street y tu comportamiento destroza a la economía, no te pasa nada”, criticó Sanders.

Según indica el periódico estadounidense The New York Times, la victoria de Hillary en el desértico estado se debió en buena parte al empuje obtenido por la campaña realizada por ella y sus partidarios en el terreno. Clinton, que es de presencia reservada, posó para los fotógrafos en el Planet Hollywood de Las Vegas junto a la cantante pop Britney Spears, quien estaba por dar un show en esa ciudad. E incluso se reunió con 500 prostitutas, la mayoría de burdeles de Carson City –la capital del estado–, que integran el grupo “Hookers 4 Hillary” (“Prostitutas por Hillary).

Por su parte, Sanders, tras derrotar categóricamente a Clinton en New Hampshire –un estado con mayoría de población blanca–, estaba bajo presión para demostrar que podía atraer a un segmento específico del electorado demócrata necesario para ganar la nominación del partido. La población de Nevada refleja la composición de los otros “campos de batalla” que se vienen en la zona oeste del país, como Colorado, Arizona y Nuevo México.

En el mes de marzo, en su primer viaje a Nevada como candidata a la nominación presidencial, Clinton discutió con hijos de inmigrantes indocumentados y se comprometió a ir más lejos que el actual presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, en cuestiones migratorias. “Cuando hablan de ‘status legal’, es su código de ‘segunda clase’”, dijo la ex secretaria de Estado en referencia a las propuestas de algunos candidatos republicanos.

Pero en los últimos días, el equipo de campaña de Clinton prefirió centrar su crítica a la política inmigratoria de su oponente demócrata, ya que en el 2007, Sanders votó en contra de una reforma migratoria que le habría facilitado la ciudadanía a millones de indocumentados. Tras las acusaciones de la esposa del ex presidente, Sanders dijo que no apoyó esa reforma debido a una disposición que transformaba a los trabajadores “prácticamente en esclavos”, y que haría de la reforma migratoria una de sus prioridades.

El 1º de marzo, fecha en la que se llevará a cabo el “Super Martes”, se repartirá la mayor cantidad de delegados que en cualquier otro momento del calendario político. Los votantes demócratas afroamericanos serán determinantes en Alabama, Georgia, Texas, Arkansas y Virginia. Para esa cita, Sanders lleva las de ganar en los estados de Colorado, Massachusetts, Minnesota, Oklahoma y su estado natal de Vermont –que tienen una base electoral predominantemente blanca–. También tiene altas chances de ganar en Texas, que tiene un alto componente de latinos entre sus votantes.