Domingo, 21 de febrero de 2016 | Hoy
EL PAíS › PROTESTA DE LOS TRABAJADORES DE MUSEOS POR LOS DESPIDOS
Fue una suerte de feria, y muy concurrida, donde se mostró qué hacen estos “noquis” y se contaron las historias de los que echaron. La denuncia por el vaciamiento impulsado desde el ministerio y las áreas desmanteladas.
Por María Daniela Yaccar
El plan de Alicia para el sábado a la tarde era visitar una muestra en el Museo Nacional de Bellas Artes con dos amigas. “Entré. Vi que faltaban los guías, vi los carteles de despidos en Cultura y no me pude quedar”, contó. Salió del museo, cruzó Libertador y se topó con “La cultura no se achica”, una “jornada de lucha” por la reincorporación de los 500 despedidos de ese ministerio. Aunque buscó ser un reflejo de lo que viene ocurriendo en el área en general, la jornada se centró sobre todo en la situación que atraviesa un buen número de museos. Un panorama alarmante, que incluye áreas desmanteladas, paralización de actividades y en los peores casos, falta de autoridades. En síntesis, “vaciamiento de los trabajadores y de las políticas públicas”, apuntó Verónica Jeria, de la Asociación de Trabajadores de Museos.
De los 500 despedidos de la cartera de Cultura, alrededor de 125 se desempeñaban en museos nacionales. Podría decirse que ayer por la tarde los museos salieron a la calle. Plaza Francia se pobló de stands elaborados por los trabajadores de cada institución. La mayoría proponía actividades que conectaban el quehacer del museo con los despidos. “¿Y si a vos te dejan en calzones?” se leía en un volante que entregaban los trabajadores del Museo del Traje, quienes invitaban a las personas a tomarse fotos con trajes de ropa interior antiguos. Al lado, los del MNBA proponían imitar el Sin pan y sin trabajo de Antonio Berni, en fotografías que tenían de fondo justamente al museo de Avenida del Libertador al 1400. En el stand del Museo Histórico Nacional –que no tiene director– había una muestra de fotos: los despidos del pasado (la Carpa Blanca, la Semana Trágica) y del presente. Llamaban la atención los platos intervenidos de La Caja Roja, un grupo de ilustradores.
Las visitas guiadas a la plaza que armó la Ronda Cultural juntaron gente. Se detenían en los puestos y daban la palabra a los trabajadores para que expusieran la situación de cada espacio. “La Ballena Azul ¡siempre estaba llena!”, se lamentaba una señora al escuchar que el CCK está cerrado, sin fecha de apertura y con 500 trabajadores menos. De la jornada participaron también el Museo Etnográfico, el del Hombre, el Malvinas –donde despidieron a la única museóloga–, la Casa Nacional del Bicentenario, el Palais de Glace, el Museo Evita y el de Astronomía y Geofísica, entre otros. También estaban la Escuela Nacional de Museología, el Centro de Estudiantes de Artes Dramáticas del IUNA y ATE.
Con policías que miraban desde la vereda de enfrente, la jornada tuvo un carácter informativo. Quedaba expuesta en detalle la situación de los espacios y de sus trabajadores. Fue útil, aunque la gran mayoría de las personas que se acercaron estaban informadas. Como Teresa, una empleada doméstica oriunda de Bolivia que sostenía una cartulina con las entradas de las presentaciones del CCK a las que había asistido. Otro objetivo del día fue ponerle cara a los despidos y por eso los echados contaban sus historias en un escenario montado delante del Monumento de Francia a la Argentina. Cuánto hacía que trabajaban en el lugar, a qué se dedicaban puntualmente, qué les representaba quedarse sin trabajo, y por qué es importante la labor que hacían, desde el punto de vista de los derechos de una sociedad. “¡Estos hijos de puta vienen por nuestro patrimonio!”, protestó una trabajadora despedida. “Siempre creí en lo público. En devolverle al Estado lo que el Estado me dio”, protestó una trabajadora despedida. “Siempre creí en lo público. En devolverle al Estado lo que el Estado me dio”.
El micrófono estaba abierto para los trabajadores. Los testimonios alternaron con las presentaciones musicales de Yacaré Manso, Karavana, Mejunje y Los tambores no callan. También hubo una improvisación teatral. “No somos ñoquis”, repetían los trabajadores. Cuando bajaban del escenario casi siempre había un abrazo. Un licenciado en Periodismo del MNBA contó que quedó desmantelada el área de prensa y que despidieron al único guía que era bilingüe. “Ojalá no sea la última vez que hago esto”, anheló un integrante de Ronda Cultural. Un trabajador del CCK dijo que hay rumores de que el espacio reabre recién en junio o en julio. A todos los echaron del peor modo, con listas negras en las puertas del Ministerio. Los monotributistas, todos, no cobraron enero. Y los que persisten en sus puestos no sólo sienten angustia por la situación de sus compañeros. También por la incertidumbre en sus espacios de trabajo.
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