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Por Lucy Dávila *

La candidata a senadora de Democracia Cristiana (DC), Soledad Alvear, está situada en un cómodo primer lugar, según las encuestas en la disputada circunscripción senatorial de Santiago Oriente. Si ratifica en las urnas el favoritismo por encima del 40 por ciento, se convertirá en la noche de las elecciones del 11 de diciembre en un referente clave no sólo para el futuro de la DC. La ex canciller de Lagos prefiere no ponerse en ese escenario, pero siente la urgencia de continuar haciendo campaña. Especialmente por Michelle Bachelet. Afirma que faltó salir a la calle. Igual, se muestra optimista frente al último esfuerzo para que la Concertación gane en primera vuelta, energía que mantiene ante una eventual segunda vuelta, “porque yo no necesito cargo para trabajar por lo nuestro”, subraya.
–Tras los últimos sondeos se habló en el comando oficialista de incorporar rostros de la DC. Su nombre es recurrente para reforzar la segunda vuelta.
–Estoy trabajando y no necesito que me nominen de nada para trabajar por Michelle, porque ése es mi compromiso con Concertación. Lo estoy haciendo y hay que seguir haciéndolo. Pero me resisto a ponerme en el escenario de segunda vuelta. Estoy totalmente convencida de que si todos los concertacionistas salimos a la calle y damos a conocer lo que ha ocurrido en el país en estos años y las tareas siguientes, nos irá fantástico y ganaríamos en primera vuelta. Y Michelle sabe que cuenta con mi colaboración, que yo estoy pidiendo votos para ella.
–Si tuviera que cumplir un papel como el que cumplió con Lagos en la segunda vuelta, ¿lo haría?
–No me quiero poner en ese escenario, porque cuando uno lo hace empieza a darlo por hecho. Me resisto a dar por hecho que Michelle no gane en primera vuelta. Si nos ponemos las pilas y nos vamos a la calle tenemos todas las posibilidades.
–¿Queda tiempo para eso?
–Hay tiempo. Tengo la experiencia de la segunda vuelta con el presidente Lagos y allí inventamos el slogan de que todas las iniciativas son válidas. No hay que esperar. Hay que rescatar la capacidad de iniciativa que tenemos. Nosotros sabemos trabajar en la calle, conquistando el corazón de la gente.
–Entonces hay una carencia en la campaña.
–Tengo la impresión de que, como todo indicaba una alta adhesión a Michelle –que la sigue teniendo–, hubo un poco de excesiva confianza. Y eso siempre es malo. Uno tiene que trabajar desde el comienzo hasta el último día, sin parar. Cuando ganamos con el “No”, no teníamos recursos ni infraestructura, y teníamos miedo. Y fuimos capaces de llenar de apoderados todas las mesas y de hacer un doble conteo, manual y computacional. Hicimos una gran cosa. Y ahora tenemos una oportunidad real de ganar un nuevo gobierno de la Concertación, con los énfasis que le gustan a Michelle. Tenemos que hacer lo que hemos hecho en los gobiernos de la Concertación y lo muchísimo que nos ha costado, porque hay cosas que la oposición no ha permitido.
–¿Piñera es la mayor amenaza?
–Es el candidato que va en alza. Tiene punch. Habla más de propuestas y cifras.
–¿Pensó que Piñera iba a tener este avance y que iba a amenazar efectivamente a la opción de Lavín?
–Me tiene sorprendida, pero yo hace bastante tiempo que vengo señalando que, aunque es una buena persona, el tiempo de Lavín pasó. No es lo que fue hace seis años. Por un montón de cosas, entre otras, por su gestión en la Municipalidad de Santiago. Y Sebastián irrumpió, era novedoso y obvio que iba a subir en las encuestas por sus características de energía y carácter, que iba a provocar un cambio en el escenario de la Alianza por Chile. Y eso se ha producido.
–¿Hay que contener el voto de centro?
–Si eventualmente llegase a existir una segunda vuelta –y no tengo idea de si existen equipos trabajando en un escenario B–, creo yo que es una nueva elección. Pero le vuelvo a insistir: creo que si trabajamos, no vamos a tener que ir a segunda vuelta. Y es a lo que más aspiro para poder salir de vacaciones.

* De Diario Siete de Chile. Especial para Página/12.