En una movida que parece indicar un acercamiento con Estados Unidos y el principio de un camino que podría culminar con la firma de un TLC, el presidente paraguayo, Nicanor Duarte Frutos, removió a los ministros de Relaciones Exteriores, Agricultura y Ganadería e Industria y Comercio el lunes a la noche. El nuevo titular de esta última cartera, José María Ibáñez, marcó la primera diferencia con respecto a la gestión anterior al afirmar ayer que tendrá como prioridad lograr un acuerdo con Washington. Duarte Frutos ya había barajado esta posibilidad el año pasado y de nuevo algunos meses atrás, cuando en Uruguay explotó un debate sobre la eventual firma de un TLC con la potencia mundial. Como en Montevideo, el interés de Asunción de acercarse a la Casa Blanca tiene como trasfondo las asimetrías del Mercosur.

Los cambios no auguran un giro drástico en el gobierno paraguayo, que la semana pasada cumplió tres años de gestión. Sin embargo, deben entenderse como concesiones a los sectores de poder más distantes del oficialismo y a los más cercanos de la oposición, como los grupos empresarios, la oligarquía ganadera y las fuerzas armadas. Se enmarcan dentro de los esfuerzos de Duarte Frutos y su círculo más cercano para reinstalar en el país la reelección presidencial. El mandatario intenta conseguir el apoyo parlamentario necesario para aprobar una reforma constitucional que le permita volver a aspirar a la presidencia en 2008.

Los nuevos hombres del gabinete colorado serán Rubén Ramírez Lezcano en la Cancillería, Ricardo Garay en el Ministerio de Agricultura y Ganadería y José María Ibáñez en el de Industria y Comercio. El nuevo canciller es un reconocido diplomático de carrera –una característica que la oposición demandaba para este cargo– y un experimentado negociador en el ámbito del Mercosur. El nombre de Ibáñez, un hombre cercano al vicepresidente Luis Castiglioni, es una apuesta para recomponer la relación del gobierno con el sector empresarial, que rechazaba al anterior ministro por considerarlo un tecnócrata. Algo similar sucedió con la dirección de la cartera de Agricultura y Ganadería. Carlos Santacruz, su antiguo titular, no gozaba del beneplácito del sector ganadero, uno de los más poderosos del país.

Pero esto no sería todo. El ministro de Defensa, Roberto González, adelantó que el presidente no descarta que haya relevos en la cúpula militar.