Después de dos meses de paciencia, los “pingüinos” chilenos decidieron salir a las calles para apurar los trámites. Los estudiantes secundarios realizaron ayer marchas en distintos puntos del país, incluida la capital chilena, exigiendo que el Consejo Asesor Presidencial para la Educación, conformado a mediados de junio pasado y que elabora propuestas para una nueva ley educativa, acelere su trabajo. Las manifestaciones terminaron con más de 120 detenidos, tras enfrentamientos con carabineros, tal como sucede cada vez que los estudiantes realizan manifestaciones.

Las marchas de ayer fueron aisladas, en distintos puntos del país, a diferencia de la manifestación de junio del año pasado, cuando una marcha en la capital atrajo a cerca de un millón de personas. Ayer, en el centro de la capital chilena, 123 estudiantes fueron arrestados cuando alrededor de 1000 jóvenes intentaron marchar sin autorización por la avenida La Alameda hacia el Palacio La Moneda, sede del Ejecutivo. En tanto, al menos 98 estudiantes fueron detenidos en Copiapó, en el norte de Chile, cuando bloquearon una ruta y se enfrentaron con los carabineros. También hubo marchas de estudiantes secundarios en las comunas de Puente Alto, Providencia, Ñuñoa y Maipú, en Santiago, y en las provincias de La Serena (centro-norte) y Temuco (sur).

Los dirigentes estudiantiles hicieron un balance positivo de la protesta y calificaron los disturbios como “absolutamente aislados”. Por su parte, la ministra de Educación de Chile, Yasna Provoste, afirmó que las movilizaciones son legítimas si utilizan medios pacíficos y que desde la crisis hace dos meses hubo avances en el diálogo con los jóvenes. Los colegios chilenos tendrán hoy una jornada de reflexión sobre educación, una de las vías que el gobierno utiliza para intentar calmar los ánimos de los “pingüinos”, llamados así por sus uniformes azules y blancos. Pero parece que la reflexión no es suficiente, ya que se anunciaron nuevas marchas para el próximo viernes.

Las marchas fueron convocadas por la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), que organizó en mayo y junio pasados una gran movilización estudiantil que logró el compromiso del gobierno de mejorar la situación educativa, en la que hoy impera la desigualdad entre los colegios privados y públicos. Ese reclamo masivo y generalizado provocó la primera crisis del gobierno de la presidenta Michelle Bachelet y la renuncia del anterior ministro de Educación, Martín Zzilic.