Domingo, 3 de diciembre de 2006 | Hoy
Más de 60 muertos y decenas de heridos fue el saldo de tres atentados en el centro de la capital horas después de la reunión en Amman entre el premier Al Maliki y George W. Bush.
Irak fue escenario ayer de una nueva oleada de violencia que se cobró la vida de al menos 60 personas y dejó 86 heridos. Además, los cadáveres de 44 personas con impactos de bala y señales de tortura fueron hallados en distintas áreas de Bagdad. La incesante violencia en Irak ha puesto en una situación crítica al gobierno del primer ministro iraquí, el chiíta Nuri al Maliki, que se reunió esta semana con el presidente estadounidense George W. Bush para buscar soluciones. Bush se reunirá mañana con Abdel Aziz Hakim, líder del principal partido chiíta iraquí.
Al menos 51 personas perdieron la vida ayer en atentados con tres coches bomba perpetrados en los barrios Al Sadreya y Al Wazba, en el centro de la capital. Las detonaciones se produjeron a primera hora de la tarde, cuando tres coches cargados con explosivos estallaron de forma simultánea en un mercado de Al Sadreya y un tercero en la vecina zona de Al Wazba, a unos 1500 metros de distancia.
Según una fuente de los servicios de seguridad, el objetivo del triple atentado era una caravana de vehículos blindados del ejército iraquí. Algunos habitantes de la zona responsabilizaron a grupos sunnitas, que habrían querido replicar un ataque realizado anteayer por tropas iraquíes apoyadas por helicópteros estadounidenses contra Fadhil, un barrio vecino a Al Sadreya, considerado bastión de la resistencia.
Además, tres policías perdieron la vida en atentados perpetrados por hombres armados en el este y el oeste de Bagdad, así como en la localidad de Al Yusifeya, al sur de la capital. Otras siete personas, cinco de ellas soldados iraquíes, fueron asesinadas por presuntos rebeldes en la provincia de Diyala (norte) y en la localidad de Al Jalis, al sur de Bagdad.
Ayer, en su programa radiofónico de los sábados, Bush admitió que la situación en Irak es “inquietante” y habló de su reunión del jueves pasado con el premier iraquí. “Reconozco que la violencia reciente en Irak ha sido inquietante, y muchos en nuestro país se preguntan sobre el camino a seguir. La labor por delante no será fácil. Pero al ayudar al primer ministro Maliki nuestros líderes militares y diplomáticos pueden contribuir a llevar a Irak por buen camino hacia la libertad y la democracia”, indicó Bush. “Los dos concordamos en que necesitamos hacer más y necesitamos hacerlo más rápido”, agregó sobre su reunión con Maliki. Por su parte, el jefe del principal partido chiíta iraquí, Abdel Aziz Hakim, consideró ayer “irrealista e ilegal” la propuesta para una conferencia internacional sobre Bagdad realizada por el secretario general de la ONU, Kofi Annan. “Pensamos que no es razonable ni correcto discutir cuestiones relativas a Irak en el marco de una conferencia internacional”, dijo Hakim en una conferencia de prensa en Amman. El dirigente chiíta realizó las declaraciones antes de partir a Washington, donde mañana se reunirá con Bush. Hakim es jefe del Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Irak y dirigente de la Alianza Unificada Iraquí, que en las últimas elecciones obtuvo 130 bancas para el Parlamento, sobre 275 escaños. Hakim sostuvo que la situación que afronta Irak será analizada con Bush, ya que Washington “tiene una presencia importante en Irak y una influencia en el curso de los eventos”.
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