Domingo, 3 de diciembre de 2006 | Hoy
EL MUNDO › EL POLONIO QUE MATO AL RUSO CUESTA U$S 30 MILLONES
Mientras se deteriora la salud del espía italiano envenenado junto al ruso, su esposa y quién sabe cuántos más, el Kremlin se hace el distraído y la investigación continúa en Londres.
El caso Litvinenko se pone cada vez más interesante. A la intriga de quién mató al ex espía ruso se suman ahora versiones publicadas por el diario británico The Guardian que aseguran que la cantidad de polonio 210 que se encontró en el cuerpo de Alexandre Litvinenko lo podría haber matado 100 veces y tendría un valor de más de 30 millones de dólares. Ayer se sumó además un nuevo contaminado con la sustancia radiactiva: la esposa de Litvinenko, Marina, de 44 años. Sin embargo, según las autoridades sanitarias británicas, el peligro que corre la mujer es “mínimo”, al contrario del profesor italiano Mario Scaramella, también envenenado, y que podría morir. Asimismo, cuatro griegos que se alojaron en el Hotel Millenium o visitaron el restaurante japonés de Londres donde estuvo Litvinenko están siendo sometidos a exámenes médicos en Atenas. En tanto, el ministro de Defensa ruso, Serguei Ivanov, afirmó que los servicios secretos rusos no tenían motivos para matar al ex espía.
Tanto la prensa británica como Scotland Yard especulan con la existencia de un complot de los servicios secretos rusos en Gran Bretaña, donde falleció Litvinenko el 23 de noviembre, envenenado con la sustancia radiactiva polonio 210. La pista rusa sigue siendo privilegiada después de que el diario The Daily Telegraph publicara extractos del documento que supuestamente el profesor Scaramella entregó a Litvinenko durante su encuentro el 1º de noviembre en el restaurante japonés del centro de Londres, en el que también se hallaron restos de radiactividad. El documento indicaría que agentes del servicio secreto y veteranos de un grupo llamado Dignidad y Honor, dirigido por el coronel Velentin Velichko, estaban tratando de asesinar al “enemigo número uno de Rusia”, en referencia al oligarca Boris Berezovsky, y a su “compañero de armas” Litvinenko. Scotland Yard justificó sus sospechas sobre los servicios secretos rusos al afirmar que en Rusia solamente profesionales tienen acceso a laboratorios nucleares y son capaces de urdir semejante plan.
Pero los rusos rechazan cualquier vinculación con el crimen. El ministro de Defensa, Serguei Ivanov, afirmó ayer que los servicios especiales rusos no tenían ningún motivo para matar al ex agente y que Rusia está dispuesta a participar en la investigación en curso sobre el caso. “Desde un punto de vista lógico y ante la pregunta ‘¿a quién beneficia el crimen?’ no puedo encontrar motivos para las especulaciones en la prensa occidental según las cuales la KGB (servicios secretos soviéticos) o el FSB (sucesor del KGB) puedan estar detrás de esto”, señaló el ministro en una entrevista televisada con la cadena Al Jazeera. “Tiene que haber una investigación seria y objetiva. Estoy seguro de que se llevará a cabo y Rusia está dispuesta a proveer toda asistencia”, agregó.
La salud de Scaramella es una de las nuevas controversias del caso Litvinenko. El profesor italiano fue ingresado en el University College Hospital de Londres a fines de esta semana después de que unas pruebas detectaran rastros de polonio 210 en su organismo. Los doctores indicaron que Scaramella estaba bien y que los síntomas por envenenamiento no aparecieron por el momento. Pero según los diarios británicos y el propio afectado, la dosis de sustancia radiactiva puede llegar a ser letal. “Los doctores estiman que sus posibilidades de sobrevivir son prácticamente cero. Creen que su salud empeorará progresivamente y morirá”, aseguró un policía no identificado al Daily Mirror. “Dicen que será un milagro si vive mucho más. Parece que tendremos un segundo asesinato en nuestras manos”, agregó la fuente. El principal temor es que Scaramella pueda morir de cáncer. Posiblemente podría tardar semanas o meses hasta que se tenga certeza sobre las consecuencias de la radiación.
Scaramella confirmó las informaciones de los medios británicos en una carta a su abogado italiano, Sergio Rastrelli. “Pese a una profunda angustia (...), me encuentro actualmente bien. No tengo ningún síntoma”, afirmó el profesor en el mensaje. Scaramello agregó que los análisis de su orina han revelado la existencia de “restos de una dosis de polonio notablemente inferior a la utilizada contra Litvinenko”, pero que esta dosis “es, sin embargo, considerada como potencialmente mortal”.
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