Desde Washington

La tensión entre Estados Unidos e Irán se preparaba anoche para seguir escalando. Ayer se reveló que el presidente George W. Bush había firmado una orden ejecutiva hace varios meses, autorizando a las tropas norteamericanas a emprender acciones militares de gran alcance contra agentes iraníes activos dentro de Irak. Esa directiva, emitida discretamente, fue la base de al menos dos ataques contra objetivos iraníes la semana pasada –incluyendo uno en la ciudad kurda de Erbil–.

La decisión del presidente, según lo reveló la secretaria de Estado,

Condoleezza Rice, quien ayer llegó a Medio Oriente para tener conversaciones con líderes israelíes y palestinos, fue recibida entre creciente preocupación de que Irán ha estado proveyendo armas y entrenamiento a las fuerzas chiítas de Irak. “Ha habido una decisión de ir detrás de estas redes”, dijo Rice al New York Times antes de partir de Washington. “(El presidente actuó) después de un período de tiempo en el que vimos una creciente actividad de los iraníes en Irak y una creciente letalidad en lo que están haciendo.” Sus comentarios recordaron aquellos hechos por Bush durante su discurso a la nación el miércoles por la noche, cuando delineó su plan para enviar 20.000 tropas adicionales a Irak. En su mensaje, sin citar ninguna evidencia, acusó a Irán de ofrecer apoyo para ataques contra tropas norteamericanas y prometió responder.

En privado, los funcionarios norteamericanos afirman que Irán ha aportado explosivos y detonantes infrarrojos. Algunos de los ataques han sido contra fuerzas británicas en el sur de Irak. Funcionarios han afirmado repetidamente que miles de milicianos chiítas han sido entrenados en Irán por los Guardianes de la Revolución Iraní y el Ministerio de Inteligencia y Seguridad. Nuevamente, ninguna evidencia que sustente esas afirmaciones fue hecha pública. Funcionarios norteamericanos niegan que la administración Bush esté buscando provocar a Irán. El vocero de la Casa Blanca, Tony Snow, dijo que hay “una leyenda urbana que está circulando de que Bush está tratando de preparar el camino para una guerra con Irán y Siria”. Pero en días recientes Estados Unidos ha desplegado un portaaviones extra cerca de la costa iraní.

Por su parte, Rice ha minimizado las expectativas de su viaje a Medio Oriente –el octavo desde que se convirtió en secretaria de Estado–. “No llego con una propuesta. No llego con un plan”, le dijo a la prensa. “Espero que este viaje sea realmente una visita en la que tengamos consultas intensivas”, agregó. Su misión mostró progresos anoche con noticias de que se habían logrado avances significativos en las negociaciones secretas en Damasco para formar un gobierno de unidad entre el líder de Hamas, Ismail Haniye, y enviados del presidente palestino Mahmud Abbas. Funcionarios de ambos lados dieron señales de un repentino cambio de atmósfera después de varias semanas de dura lucha interna.

Anoche Rice se reuniría con los ministros de Defensa y Exterior de Israel. Hoy se dirigirá a la ciudad cisjordana de Ramalá para reunirse con Abbas, y mañana están programadas conversaciones con el primer ministro israelí, Ehud Olmert. Su viaje también incluye paradas en Jordania, Egipto, Arabia Saudita, Kuwait, Alemania y Gran Bretaña.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: V. S.