Martes, 8 de mayo de 2007 | Hoy
EL MUNDO › EL COMBATE A LA POBREZA, LA VIOLENCIA Y EL ABORTO
San Pablo terminaba de prepararse ayer para la primera visita oficial de Benedicto XVI como pontífice, que comenzará mañana. La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil ya gastó 1,2 millón de dólares en un megaoperativo de seguridad, aun mayor al que acompañó la reciente visita del presidente estadounidense, George Bush. Además, todo el centro de la ciudad está empapelado con carteles de bienvenida. El día siguiente a su llegada, Benedicto XVI se reunirá con el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien ayer anunció que discutirá sus políticas sociales y, especialmente, los programas de lucha contra la pobreza. Desde el Vaticano, en tanto, aseguraron que el Papa también hablará de cómo combatir la violencia y dejará clara su postura contra el aborto.
Pero al desembarcar mañana para iniciar su visita de cinco días, Benedicto XVI encontrará un ambiente menos entusiasta que el que había hace casi una década, cuando su antecesor, Juan Pablo II, realizó su tercera y última visita al país. Mientras Juan Pablo II fue recibido en medio de un clima festivo y de marchas multitudinarias en su honor, Benedicto XVI encontrará una amplia gama de protestas durante su estadía en Brasil. Hasta ahora ya programaron movilizaciones en su contra los jóvenes ligados a la Pastoral Obrera de la Iglesia, que lo tildan de eurocéntrico y conservador, grupos feministas que defienden el aborto y entidades de defensa de los derechos de los homosexuales.
Lula aprovechó su programa semanal para reafirmar sus buenas relaciones con el Vaticano. Sin embargo, en los últimos años la conferencia episcopal brasileña ha venido criticando algunas de las leyes más progresistas del país, como la legalidad del aborto en casos de violación, anencefalia o si la vida de la madre está en riesgo, y las investigaciones con embriones humanos. Además, el presidente brasileño ya dio su apoyo al proyecto de unión civil para parejas homosexuales que se discute actualmente en el Congreso. Pero Benedicto XVI intentará disimular estas tensiones durante su viaje. El próximo viernes, el pontífice viajará a la pequeña ciudad de Aparecida para canonizar al primer santo brasileño, el monje franciscano Antonio de Sant’Anna Galvao, más conocido como Frei Galvao. Cerca de un millón de personas lo acompañará en la ceremonia, en la que el conservador líder de la Iglesia Católica intentará volver a ganarse la simpatía de la comunidad de fieles más importante del mundo.
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