Domingo, 3 de junio de 2007 | Hoy
EL MUNDO › EL GOBIERNO AVANZA CON LA EXCARCELACION DE LOS GUERRILLEROS
A pesar de la negativa del comando guerrillero, Uribe avanza con la peculiar estrategia unilateral de sus prisioneros. El gobierno francés pidió que liberen al canciller de los rebeldes.
El proceso para la excarcelación de guerrilleros de las FARC, con lo que el presidente colombiano Alvaro Uribe busca la liberación de secuestrados, proseguía ayer en medio de la incertidumbre sobre la respuesta del grupo rebelde a esta acción unilateral del gobierno.
Uribe refrendó ayer su esperanza en que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) respondan con un gesto similar. “Hemos dicho que aspiramos a la liberación de Ingrid (Betancourt), Clara (Rojas) y su niñito Emmanuel (nacido en cautiverio), de todos los colombianos que son víctimas de ese secuestro y los tres norteamericanos”, dijo Uribe durante una intervención pública.
El presidente, que desde que asumió su primer mandato en 2002 lanzó una fuerte ofensiva militar contra las FARC prometiendo derrotarlas, añadió que procedió a la excarcelación “en aras de la liberación de los secuestrados y de la reconciliación de los colombianos”. Hasta ahora, y al menos públicamente, las FARC han rechazado esa iniciativa por considerar que se trata de una “cortina de humo” para ocultar el escándalo de los vínculos de políticos oficialistas con los paramilitares de extrema derecha.
Además, los guerrilleros que están incursos en el proceso de excarcelación no tienen el aval del comando central de las FARC, por lo que varios insurgentes a los que el gobierno les ofreció salir se abstuvieron de hacerlo. Hasta el mediodía del sábado, a la cárcel Normandía de la ciudad de Chiquinquirá (140 km al norte de Bogotá) habían llegado al menos 146 guerrilleros, sobre un total de casi mil guerrilleros detenidos. Los insurgentes fueron trasladados a ese penal temporalmente, pues aún se estudia su situación jurídica para que el gobierno pueda otorgarles el indulto, según explicó el ministro de Interior y Justicia, Carlos Holguín.
Entre tanto en la prisión de La Dorada departamento de Caldas (centro-oeste), donde se encuentra recluido el denominado “canciller” de las FARC, Rodrigo Granda, el gobierno continuaba realizando gestiones para buscar su excarcelación, a la que éste se opone bajo las condiciones de Uribe. Granda, el miembro de las FARC de mayor rango detenido en Colombia, rechaza salir bajo el compromiso de dejar las filas insurgentes, aunque estudia otras posibilidades, como mediar para el canje de los secuestrados por los guerrilleros que la cúpula del grupo quiere que sean excarcelados, dijo su abogado, Miguel González.
Según informó este sábado el diario El Tiempo de Bogotá, el presidente francés Nicolas Sarkozy le pidió a Uribe la liberación de Granda, sin que aún se tenga claridad sobre el objetivo de esa petición.
Pese al inicio del proceso de excarcelación, las FARC mantienen su exigencia de que Uribe ordene la salida de la fuerza pública durante 45 días de dos municipios del sudoeste del país para negociar allí el intercambio.
El viernes, en una ceremonia castrense en la que pidió a los diferentes estamentos respaldar la excarcelación, Uribe reafirmó su negativa a esa pretensión de las FARC. “Otros están interesados no en el acuerdo, sino en el despeje (militar), algo que no podemos permitir”, afirmó.
Las FARC, la guerrilla más antigua y numerosa de las que combaten en el país con unos 17.000 integrantes, pretenden canjear a un grupo de 56 secuestrados, entre ellos la ex candidata presidencial colombo-francesa Ingrid Betancourt. Entre los rehenes también se encuentran tres estadounidenses y decenas de políticos, militares y policías colombianos, algunos con nueve años de cautiverio.
Mientras tanto, la tranquilidad de la fría localidad colombiana de Chiquinquirá parecía no alterarse con la llegada a la cárcel local de decenas de guerrilleros de las FARC que serán excarcelados masivamente por decisión unilateral del gobierno.
Los rebeldes esperan felices y esperanzados su regreso a la libertad, aunque con cierta ansiedad ante la perspectiva de verse liberados cuando menos lo esperaban, según manifestaron algunos de ellos a funcionarios del gobierno en la cárcel. De acuerdo con una fuente gubernamental que pidió reserva de su nombre, aunque existe algún temor por parte de los insurgentes por las represalias que puedan tomarse contra ellos por los comandantes de las FARC, están seguros de que el gobierno “no los va a dejar solos”. Los guerrilleros también expresaron temor por la presencia de las cámaras de televisión alrededor del penal, pero el gobierno les garantizó que preservará su intimidad para facilitar su reinserción en la sociedad.
En Chiquinquirá los guerrilleros fueron recibidos por un grupo interdisciplinario conformado por médicos, terapeutas, psicólogos y sociólogos. Allí también serán sometidos sus procesos judiciales a una revisión para determinar si pueden ser beneficiarios de un indulto que les concederá el presidente Alvaro Uribe, según explicó a periodistas el viceministro de Justicia, Guillermo Rey, al ingresar al penal.
Localizada en el departamento de Boyacá (centro-este), uno de los más grandes del país, Chiquinquirá es una tranquila población agrícola y ganadera de 189.606 km2 circundada por verdes colinas. La mayoría de sus 54.490 habitantes son tranquilos campesinos dedicados a la agricultura y la ganadería.
Para el alcalde de la población, José Moreno, la llegada de los rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxista) a la cárcel, apenas a un kilómetro del casco urbano, originó en un comienzo reacciones encontradas. “Al principio hubo mucha expectativa, e incluso escepticismo, entre los voceros de los gremios económicos, pero los convencimos de que se trata de un paso hacia la paz y todo el país tiene que aportar a estos procesos de convivencia”, dijo Moreno.
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