EL MUNDO › EL PETROLEO LO CONVIERTE EN JUGADOR GLOBAL

Brasil se candidatea al G-8

 Por Darío Pignotti

Desde Brasilia

Fortalecido por el hallazgo petrolero, Lula pretende conquistar mayor proyección como “jugador global” y espera que el año próximo Brasil tenga un lugar en el Grupo de los Ocho países más industrializados. Según un trascendido publicado ayer en el diario Correio Braziliense, eso puede suceder cuando Brasil alcance el “grado de inversión”, meta que parece muy cercana, ya que el riesgo país está planchado en torno de los 250 puntos hace un año.

Aunque no exista un sistema métrico decimal de poder, es posible advertir cómo las reservas descubiertas en el Campo Tupi robustecieron el peso externo e interno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

El mandatario adelantó su pretensión de ser parte de la OPEP, con lo cual Brasil se convertiría en un actor en el tablero energético global y afinaría su sintonía con el mundo árabe, objetivo que busca desde hace años. El stock de poder acumulado por Lula gracias al descubrimiento en la cuenca de Santos también se traduce en réditos domésticos, pues constituye un logro que premia la política de fortalecimiento de Petrobras, que invirtió más de mil millones de dólares y dos años de pesquisas mar adentro hasta dar con el yacimiento.

A su manera, pocos días después del anuncio Brasil estrenaba, con una retórica técnica, una suerte de diplomacia petrolera. Fue el presidente de la estatal Petrobras, José Sergio Gabrielli, un economista bahiano con posgrado en la Universidad de Boston y no el canciller Celso Amorim, diplomático de carrera, quien puso en duda desde Roma la realización del Gran Gasoducto del Sur, propuesto por el mandatario venezolano Hugo Chávez con la anuencia de su colega Néstor Kirchner.

En rigor, el anuncio de Gabrielli implica, por lo pronto, el probable naufragio de una apuesta cara a los objetivos geopolíticos del líder boliviariano: trazar un gasoducto que en su primer tramo suministrara energía venezolana a la Amazonia brasileña, región que los generales de Brasilia, fóbicos a Chávez, consideran como la más vulnerable en términos de defensa nacional.

Fiel a su estilo pendular, Lula endureció el tono con Chávez, pero sin romper lanzas ni excluirlo del Mercosur. Con ese movimiento de pinzas el presidente Lula da Silva hizo saber a Caracas que cuenta con los recursos para prescindir, en el medio plazo, del gas venezolano. Al mismo tiempo que desistía de la sociedad entre las petroleras Petrobras y Pdvsa, Lula ordenaba a sus diputados que defendieran en el Congreso el protocolo de adhesión venezolana al bloque regional.

Por encontrarse a más de 5 km de profundidad, el gas y el petróleo descubierto en el litoral brasileño sólo será extraído de aquí a unos 7 años. Para resolver el abastecimiento en el corto plazo, el mandatario brasileño se reencontrará el 12 de diciembre con Evo Morales, luego de más de un año de tironeos, a quien le anunciará nuevas inversiones de Petrobras.

Marco Aurelio García, el encargado de restañar heridas en Bolivia en septiembre pasado, fue quien recientemente viajó hasta Buenos Aires para explicar a hombres del gobierno los alcances del formidable yacimiento encontrado en las costas de San Pablo. El emisario de Lula también informó que los geólogos de Petrobras consideran probable la existencia de recursos importantes en el mar argentino, y si así fuera Brasilia y Buenos Aires tendrán otro argumento de porte para reforzar su alianza estratégica, ya que Petrobras, que cuenta con tecnología de punta para la exploración en aguas profundas, estará interesada en la explotación de los hidrocarburos argentinos.

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