El caso de las apuestas ilegales que publicita la empresa de juego virtual Bwin Argentina SA impulsó a la AFA, una de las partes damnificadas, a presentarse ante la Justicia para impedir que siga utilizando los partidos de sus dos principales campeonatos como fuente de recaudación. De lo que no se percataron en la entidad que conduce Julio Grondona hace 28 años es de que el presidente del directorio de la compañía acusada de levantar juego clandestino es un tal Armando Andrés Wasserman, que tiene el mismo nombre y apellido que un agente de jugadores autorizado a operar en el país por la misma asociación. Para José Luis Meiszner, abogado y secretario ejecutivo de la AFA, se está cometiendo “una defraudación y nosotros hemos contratado a una consultora para que nos indique el camino a seguir y tratar de impedir que esto continúe”.

Página/12 ya había informado sobre el frustrado desembarco de Bwin en el país el 31 de julio de 2006 y volvió a hacerlo el 11 de noviembre pasado, cuando obtuvo nuevos datos de la firma, una subsidiaria de la casa matriz con sede en el peñón de Gibraltar, un paraíso fiscal. Hace exactamente dos semanas, este diario publicó que al 30 de abril de 2007, su presidente era el comerciante Germán Facundo Rocca, domiciliado en el Gran Buenos Aires, y su director suplente, Jorge Isaac Bendayan, un empleado que reside en la Capital Federal.

La búsqueda no se detuvo ahí. Porque un nuevo boletín oficial de la provincia de Misiones –donde está inscripta Bwin– señala el 5 de septiembre pasado que, por acta de asamblea del 1 de julio, se designó “como presidente de la sociedad al Sr. Armando Andrés Wasserman y como director suplente al Sr. Sergio Malis”. Y agrega una modificación adicional. El domicilio comercial que habían dado Rocca y Bendayan, que ya no figuran en el último boletín, también cambió como las autoridades de Bwin Argentina SA. No es más San Lorenzo 2456 de Posadas, Misiones, sino Bolívar 1321, 7o “A”, de la misma ciudad.

Llama la atención que la máxima autoridad de la compañía pudiera ser un empresario que está registrado como agente de jugadores. Y que cuenta con autorización de la AFA para desempeñarse en el mercado futbolístico: Armando Andrés Wasserman, con domicilio en Boulogne Sur Mer 1430, de General Pacheco. O sea, si se tratara de la misma persona, las autoridades del fútbol nacional podrían tomar un atajo para solucionar un problema que no han podido resolver por otros medios.

En la AFA sostienen que Lotería Nacional se desentendió de este tema y sospechan que un empresario muy cercano al Gobierno nacional transformó en inútiles cada una de las medidas que tomaron los dirigentes. A saber, un voluminoso expediente, algunas intimaciones e incluso, hasta un dictamen favorable a la AFA del Procurador General de la Nación. Se mandaron cartas documento para intentar que cesaran las apuestas y, además, la publicidad que sale de Bwin en varios medios gráficos y audiovisuales. Como nada arrojó resultados positivos, la asociación acaba de contratar a la abogada Estela Varsavsky, ex directora del Tribunal de Contralor del Prode, especialista en el tema, para que accione ante la Justicia.

La AFA se apoya en el artículo 19 de la ley 25.295 o Ley del Prode, que sostiene: “Prohíbese en jurisdicción federal la introducción por cualquier medio, incluso postal, con fines de expendio o a título gratuito, al igual que el anuncio, propaganda, circulación o venta, de todo otro concurso de pronósticos deportivos que no sean los explotados y/o comercializados por Lotería Nacional Sociedad del Estado”. Si bien la respalda esta norma, de la que Varsavsky es coautora, no se entiende por qué apostó todas sus fichas a un Prode que languidece por la inoperancia de Lotería Nacional. Pero además, resulta un tanto extraño por qué rechazó sucesivas propuestas de empresas que, en distintas oportunidades, le prometieron pagar un canon para reformular o potenciar el juego.

En 2005, la compañía SportingBet eligió a la Argentina para desembarcar en América latina mediante su sitio virtual Miapuesta.com y ofreció abonarle a la AFA 3.600.000 dólares anuales. No hubo acuerdo, como tampoco prosperaron hasta ahora las gestiones más recientes de la Federación Española de Fútbol para tentar a los dirigentes argentinos con algún negocio semejante.

El año pasado, cuando las apuestas virtuales ya eran un problema que se había salido de cauce –Formoapuestas.com.ar obtuvo una licencia de Formosa como Bwin de Misiones–, hubo un proyecto en la legislatura bonaerense para regular esta actividad. Su autor, el diputado provincial y actual intendente electo de La Plata, Pablo Bruera, sostenía que “si se tiene en cuenta que aproximadamente el 60 por ciento del volumen de la apuestas en la Argentina se origina en la Provincia de Buenos Aires, queda claro que ésta es la mayor perjudicada en forma directa por esta operatoria ilegal”. El proyecto de resolución de Bruera ingresó en la Comisión de la Prevención de Adicciones de la Legislatura Bonaerense el 31 de mayo de 2006 y el 26 de junio de ese año fue rechazado.

Mientras la AFA todavía no puede contra las empresas de juego ilegal, Lotería Nacional no da señales de hacer mucho contra ellas o los medios que publicitan sus ofertas, ni se puede calcular a cuánto asciende la sangría para el Estado y los clubes de fútbol, que dejan de ganar dinero por este negocio, Meiszner exclama: “Nosotros somos propietarios de los derechos que emanan del fútbol”. Esos derechos que hoy parecen tan virtuales como las apuestas que se levantan en Internet desde provincias que no adhieren a la Ley del Prode.