Tras años de idas y vueltas, el ex primer ministro británico y actual enviado especial del Cuarteto para Medio Oriente, Tony Blair (foto), se convirtió ayer al catolicismo, la religión que profesan su esposa, Cherie, y sus hijos. Blair, conocido por sus fuertes creencias religiosas, abandonó el anglicanismo en la capilla de la residencia oficial del arzobispo de Westminster, en el centro de Londres. El deseo del ex premier, de 54 años, de convertirse a la fe católica fue un secreto a voces durante años, especialmente cada vez que se lo veía en misa junto a su esposa e hijos. Si no ocurrió durante sus diez años que ocupó la oficina en Downing Street se debe, según la prensa británica, a que podría haber provocado un conflicto con la Iglesia Anglicana, la principal institución religiosa del país y la que representa a la monarquía. Aunque no está prohibido por ley que el primer ministro sea católico, hasta ahora todos los mandatarios han sido anglicanos. Esto no es un detalle para esa rama del protestantismo, ya que es el primer ministro quien elige a sus obispos en el país.

IRAK

Bombardeos y combates

La aviación y la artillería turca lanzaron ayer un nuevo ataque contra posiciones del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el norte de Irak. Como ya es costumbre de los militares turcos, no quisieron adelantar ni el número de víctimas que dejó el ataque ni los daños materiales que provocó. No obstante, en un comunicado difundido anoche, las fuerzas de Ankara destacaban que en estas últimas semanas “cientos de militantes kurdos” murieron en bombardeos y combates cuerpo a cuerpo. Según reveló esta semana el jefe del ejército turco, el general Yasar Büyükanit, los informes de inteligencia de Estados Unidos sobre los independentistas kurdos han sido cruciales para alcanzar los refugios escondidos en las montañas del norte de Irak. Desde que comenzaron a recibir esa información, Ankara ya atacó tres veces al país vecino y por primera vez realizó una masiva incursión terrestre en el Kurdistán iraquí. Bagdad, por su parte, mantiene un silencio total, seguramente aconsejado por el aliado de Ankara, Washington.