Hugo Chávez anunció su nuevo plan para liberar al resto de los secuestrados de las FARC. Según explicó a la televisión venezolana ayer, la idea es crear una misión multinacional que impulse las negociaciones con la guerrilla colombia. Los países mencionados, por ahora, son Argentina, Brasil, Ecuador, Cuba, Bolivia, Francia y Suiza, además de, por supuesto, Venezuela, y la Organización de Estados Americanos (OEA). “Todos están de acuerdo, menos Alvaro Uribe. Pero estoy seguro de que el sentimiento humanitario va a hacer que la oligarquía colombiana cambie de opinión”, aseguró el mandatario. París y Quito ya comprometieron su apoyo y Bogotá no quiso hablar del tema.

Chávez explicó que sería como una reedición del Grupo Contadora, que impulsó las negociaciones de paz en Centroamérica en los años ’80. En aquella oportunidad, los países que participaron fueron Colombia, México, Panamá y Venezuela, y más tarde sumaron su apoyo Argentina, Brasil, Perú y Uruguay. El mandatario destacó ayer que esta vez se sumaría la OEA, una organización muchas veces calificada por él como proestadounidense. “Incluso el secretario general de la OEA está de acuerdo y he conversado recientemente con un enviado suyo, el ex canciller argentino Dante Caputo”, sostuvo.

El presidente venezolano ya había intentando encolumnar a la región detrás de sus esfuerzos de mediador. En los últimos días de 2007, una delegación latinoamericana, liderada por el ex presidente Néstor Kirchner y el asesor de política internacional de Luiz Inácio Lula da Silva, Marco Aurelio García, había acompañado la primera operación que intentó rescatar a Clara Rojas y Consuelo González. El fracaso de la misión llevó a la disolución inmediata de la delegación. Ayer, tras dos exitosas entregas, Chávez volvió a apostar a una mediación internacional.

Mientras el anuncio de Chávez provocó optimismo entre los familiares de los secuestrados y los recién liberados, mereció un recibimiento muy frío en el Palacio de Nariño, en Bogotá. “El gobierno no tiene opinión sobre eso, pero nosotros seguimos buscando por todos los medios la liberación de nuestros compatriotas secuestrados”, fue la única respuesta que dio Uribe sobre el tema. El mandatario repitió que para su gobierno el único mediador válido es la Iglesia Católica colombiana. Poco le importó que las FARC anunciaran semanas atrás que rechazaban cualquier gestión del clero.