Sábado, 1 de marzo de 2008 | Hoy
EL MUNDO › EL EX LIDER CUBANO DESMINTIO UNA PELEA CON SU HERMANO
Fidel Castro promete y promete, pero no se toma vacaciones. El veterano líder revolucionario publicó ayer una nueva reflexión para desmentir los rumores sobre una presunta pelea a puertas cerradas con su hermano y recientemente electo presidente. “Quienes conocen bien tanto a Raúl como a mí saben que por elemental sentido de dignidad y respeto tal tipo de reunión jamás se podría producir. No son pocos los que han quedado con las ganas de ver un súbito derrumbe de la revolución heroica que resistió y resiste medio siglo de agresión imperialista”, escribió.
Castro contestó así a un artículo de la cadena británica BBC, al que calificó de “insultante ataque personal”. “Cuentan que se encerraron solos (los dos hermanos) y discutieron varias horas, que desde afuera de la oficina de Fidel se podían oír los gritos de ambos. Nada de esto se puede confirmar, no hay pruebas, sólo supuestos testigos”, sostenía la agencia. El ex mandatario cubano aseguró que no sólo la reunión no existió, sino que apoya en un ciento por ciento la nueva gestión de su hermano menor. “Raúl cuenta con todas las facultades y prerrogativas legales y constitucionales para dirigir el país”, señaló, descartando las versiones que aseguraban que Fidel condicionaría todas las decisiones del nuevo gobierno.
También mencionó a algunos medios estadounidenses que, aunque sin ser tan “groseros” como la BBC, tuvieron que reconocer que el gobierno de la isla no va a caer. “The New York Times, The Washington Post y The Wall Street Journal tuvieron que expresar su frustración”, escribió. A pesar de reafirmar el poder de su hermano menor, Castro reconoció que acompañó paso a paso la elección del domingo pasado. “Fue decisión de Raúl y de los principales dirigentes del país el consultarme”, explicó. El hermano mayor de los Castro dijo que propuso varios de los nombres que luego fueron elegidos para el nuevo Consejo de Estado, el órgano máximo.
El veterano dirigente, que delegó el poder a mediados de 2006 para enfrentar una difícil operación intestinal, aprovechó su nueva reflexión para cargar sus tintas contra otro referente europeo, el alto comisionado para las Relaciones Exteriores de la Unión Europea, el español Javier Solana. El dirigente socialista había asegurado que todavía no existían pruebas de una transición democrática en Cuba.
Castro no se contentó con cuestionar su posición frente a la isla, sino que lo acusó de ser “el padre teórico de la independencia de Kosovo”, iniciativa que el ex presidente cubano rechazó desde el primer día. “Con los destinos de la especie humana en tales manos es como si se danzara alegremente en el borde de un abismo donde reina la vanidad de no pocos jerarcas del mundo capitalista globalizado, que ponen en riesgo a todos los países”, sentenció.
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