EL PAíS › UN CONGRESO SOCIALISTA MAS TRANQUILO DE LO QUE SE ESPERABA

Declaración de independencia

En el cierre del congreso nacional socialista, la foto de Hermes Binner saludando de la mano de Rubén Giustiniani, ex candidato a vicepresidente por la Coalición Cívica, resumió un acuerdo que arrinconó a los socialistas afines al gobierno nacional. A pesar de que para llegar a un consenso se redactó un documento sin grandes definiciones, quedó marcada la delgada línea roja que los divide. De un lado el respaldo al matrimonio Kirchner y del otro a Elisa Carrió. Sin embargo, en el encuentro de ayer se votó la posición institucional del partido como “una alternativa autónoma e independiente”, o sea, dicho con disimulo, el socialismo no apoya orgánicamente a la presidenta Cristina Fernández. Los dirigentes que miran con buenos ojos a la Casa Rosada acompañaron el pronunciamiento a regañadientes, pero anticiparon que van a buscar adhesiones para enfrentar con una lista propia a la conducción actual. Hasta el 8 de abril tienen tiempo para presentar candidaturas y el 8 de junio se hará la elección.

A diferencia de las internas anteriores, no habrá una lista única que sintetice las dos posturas. Por eso, el propio presidente del partido aseguró que no hay lugar dentro de las estructuras para ambigüedades. No los identificó, pero era evidente que se refería al secretario general del socialismo, Oscar González, y al secretario gremial, Ariel Basteiro. “La mejor decisión es la que se toma acá, en el congreso, y no la que se toma en los medios de comunicación”, dijo enojado por el nivel de protagonismo que tienen los dirigentes disidentes, que –según él– después no se ve reflejado en las instancias formales.

La concurrencia de Binner al encuentro de ayer fue un claro gesto de apoyo a la actual conducción. Sin embargo, fiel a su cauteloso estilo discursivo, el gobernador santafesino remarcó “la necesidad de la unidad partidaria dejando de lado las diferencias”. Desde el sector oficialista insisten en ahuyentar los fantasmas que vienen desde hace tiempo de una posible división.

En realidad, ayer se redactaron dos documentos. El sector K se abstuvo de aprobar el primero. Se trataba de un Informe General del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), elaborado por Giustiniani, que definía más claramente al socialismo como “un espacio alternativo al oficialismo” y ratificaba la alianza con Carrió. El segundo sí contó con el aval de los socialistas disidentes porque fue un texto bastante más impreciso con el que cada uno pudo hacer su propia lectura.

Para participar del encuentro, los socialistas K exigieron que entre los 533 delegados ubicados en el segundo piso del Palais Rouge no hubiera ningún representante de la Coalición Cívica y que no se sancionara a ninguno de los dirigentes que ocuparon cargos de gobierno o integraron alguna de sus listas. “No hubo una actitud persecutoria o intervencionista ni se castigó a compañeros por asumir funciones”, reconoció Basteiro, quien conduce el partido en la provincia de Buenos Aires –segundo bastión socialista en cantidad de afiliados– y en octubre entró como diputado nacional por el Frente para la Victoria.

El legislador porteño Raúl Puy, en cambio, no fue al congreso por diferencias con la elección de los congresales de la ciudad. El distrito lo encabeza Roy Cortina, quien fue el primero en la lista de legisladores socialistas y apoyó la fórmula de la Coalición Cívica.

“Los hay ortodoxos, los hay heterodoxos, los hay retardatarios, los hay apresurados, los hay contemplativos. Pero son todos buenos muchachos, son todos... socialistas.” Así, en un clima distendido, un dirigente del partido parafraseaba al final la frase de Juan Domingo Perón. Habrá que esperar al 8 de julio para ver si después de las elecciones se cumple aquella máxima peronista que dice que “el que gana manda y el que pierde acompaña”.

Informe: Sebastián Abrevaya.



“No va a haber internas”

A la salida del congreso socialista, Página/12 habló con el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, mientras bajaba las escaleras del Palais Rouge. Con una mano en la baranda y otra en el hombro del cronista, el mandatario respondió algunas preguntas y evadió otras.

–¿El socialismo va a estar del lado de la oposición o se va a acercar al gobierno nacional?

–Nosotros vamos a estar del lado de los argentinos.

–Se dice que usted podría conformar una fórmula presidencial con Elisa Carrió para el 2011, ¿es así?

–Estamos hablando de otra galaxia.

–¿Se va a presentar en las elecciones internas del partido?

–No va a haber internas.

–¿Pero si se presentan varias listas a quién va a apoyar?

–A la única lista que se va a formar.

–Pero hay distintos sectores dentro del partido...

–El socialismo ha aprendido, después de más de ciento diez años de historia y desencuentros, que el último encuentro que fue la reconstitución del Partido Socialista único tiene por delante un gran futuro. Entonces, esa cultura de la disidencia la hemos reemplazado por la cultura de aceptar que hay interpretaciones, pero que es fundamental incorporarlas al debate y al diálogo para que podamos avanzar.

–¿Piensan repetir a nivel nacional la experiencia de Santa Fe, en la que llegaron a un acuerdo con otros movimientos y otras fuerzas políticas?

–Nosotros primero vamos a trabajar en Santa Fe con todas las fuerzas económicas, sociales y políticas para construir una provincia mejor.

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