Domingo, 9 de marzo de 2008 | Hoy
EL PAíS › EXCLUSIVO: EL INFORME DE LOS VEEDORES SOBRE LA PARTICIPACION DE TELEFONICA EN TELECOM
Telefónica de España compró parte de Telecom de Italia, lo que puede reflejarse en Argentina, donde quedaría un monopolio de facto. El Gobierno tiene que decidir si lo bloquea e instaló dos veedores a estudiar la empresa. Su informe puede ser determinante, es crítico del nivel de poder de los españoles y revelador de las peleas internas.
Por Fernando Krakowiak
Es la batalla empresaria más importante de los últimos años. El ingreso de Telefónica de España en Telecom Italia generó un terremoto en el mercado local de las telecomunicaciones. Si el Gobierno autoriza la operación en el país, los españoles tendrán participación en su único competidor relevante. La estrategia de los europeos es quitarle trascendencia al hecho al asegurar que la porción accionaria de Telefónica es minoritaria y no implica una toma de control. Sin embargo, el Grupo Werthein, socio local de Telecom, sostiene que la operación provocará un monopolio en el sector. En octubre, el gobierno designó dos veedores dentro de la empresa para evaluar la situación. Página/12 informó el miércoles en exclusiva que los observadores oficiales elevaron su informe final a fines de febrero avalando la posición de Werthein. Ahora este diario revela los detalles de ese documento donde no sólo interesan las conclusiones sino también la descripción de los enfrentamientos novelescos que se están dando dentro de la corporación. Allí se pueden leer los cuestionamientos del vicepresidente, Gerardo Werthein (“La compañía utiliza una metodología igual a la de un gobierno de facto”), la réplica de quienes creen que actúa para la tribuna (“Son agravios para mostrarse ante los veedores”) y hasta un impensado reconocimiento de Carlos Felices, presidente de la corporación, quien sostiene que “la presencia de Telefónica en Telecom Italia puede significar un riesgo”. El informe no es vinculante, pero el Gobierno se podría basar en su contenido para exigirle a Telecom Italia que se desprenda de Telecom Argentina o forzarla a realizar algún tipo de desinversión. En las gateras esperan pesos-pesado como el Grupo Clarín y Telmex, holding del mexicano Carlos Slim Helú, el tercer hombre más rico del planeta, quienes aspiran a incrementar su participación en un mercado que mueve más de 20.000 millones de pesos por año, con perspectivas de un incremento constante en la facturación (ver aparte).
La “intervención”
Los veedores oficiales estuvieron cuatro meses dentro de la empresa, durante los cuales participaron de reuniones de directorio, realizaron entrevistas y consultaron documentación interna para tratar de establecer el impacto que puede generar a nivel local el ingreso de Telefónica en Telecom Italia. El recibimiento que tuvieron no fue el mejor. En la primera reunión de directorio de la que participaron, el presidente de la empresa, Carlos Felices, cuestionó la resolución oficial que los habilitaba a ingresar a la firma por “juzgar imprecisas algunas de las facultades que la misma les asignaba”. Incluso en una de las entrevistas que tuvo con ellos les reconoció que los veía “como dos policías sentados en la mesa de mi casa”. Sin embargo, la decisión oficial no fue apelada.
La primera discusión relevante que presenciaron fue un encuentro informal de directores donde se revisó el proyecto del balance trimestral que se debía presentar ante la Bolsa de Comercio. Los hermanos Gerardo y Adrián Werthein plantearon allí que el documento estaba incompleto y solicitaron advertir sobre el efecto que podía provocar en Telecom Argentina el ingreso de Telefónica de España.
–Nosotros tenemos que informar lo que sabemos, informar fehacientemente para los inversores. La nota debe ser suficientemente explícita. El mayor daño es no exteriorizar lo que se sabe –aseguró Gerardo Werthein.
–La introducción de dicha moción perjudicaría el aspecto comercial y financiero de la compañía, provocando incertidumbre en el mercado –replicó Eduardo Garrido, director nombrado por Telecom Italia. Luego sostuvo que la Comisión de Defensa Europea y Anatel en Brasil, se habían expedido al respecto y consideraba que con eso era suficiente, lo cual no fue aceptado por los Werthein.
–La presencia de Telefónica en Telecom Italia, puede significar un riesgo –reconoció Carlos Felices, presidente de Telecom, también en representación de los italianos.
Según el informe de los veedores, esa sorpresiva respuesta fue “aceptada con beneplácito por Adrián Werthein, quien le contestó que se ponía contento porque luego de tanto tiempo escuchaba de su parte, lo que el Grupo Werthein venía sosteniendo”. Sin embargo, las diferencias no se saldaron.
Pelea por el balance
Una semana después, el 8 de noviembre, tuvo lugar la reunión formal de directorio para definir cómo se reflejaría el desembarco de Telefónica en el balance del tercer trimestre. Allí Gerardo Werthein aseguró que Felices no estaba cumpliendo bien su rol de presidente y volvió a reclamar que se tomen medidas concretas para proteger a la compañía, pues “hasta ahora se estuvo actuando de manera dilatoria”.
–Sus palabras son agraviantes y son hechas para mostrarse ante los veedores (...) hemos actuado por el bien, me siento tranquilo y seguro –le respondió Garrido, quien sostuvo que, mientras la autoridad de aplicación no sancione a Telecom Argentina, resultaba innecesario incluir en las notas al balance todo tipo de mención al tema.
–Vinieron los italianos (refiriéndose a que Telecom Italia envió abogados para redactar las notas adjuntas al balance) y recién cinco minutos antes de la reunión me pasaron la nota. No hay voluntad de trabajar haciendo saber los hechos que afectan o inciden en la compañía. Se utiliza una metodología igual a la de un gobierno de facto –respondió Werthein.
Luego sostuvo que las decisiones de la empresa no las estaba tomando Telecom Argentina sino Telecom Italia y volvió a cuestionar directamente a Felices:
–Muchas cosas me dijiste, que vienen de Italia, y que teníamos que manejarlo.
“Frente a ello, el presidente Felices guardó silencio”, dice el informe de los veedores.
Werthein insistió en remarcar los riesgos que supone el ingreso de Telefónica y cuestionó el informe externo elaborado por el abogado Juan Carlos Cassagne, quien recomendó no notificar la operación ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia.
–Cassagne fue director de Telefónica. Todo lo que toca intereses de Telefónica tiene un trato distinto. ¿Eso es una práctica transparente para los accionistas? Lo cuestiono profundamente –afirmó.
Luego de varios cruces más, Garrido volvió a remarcar que la operación es externa y no afecta a Telecom Argentina. A los pocos minutos, decidieron votar y los tres directores que representan a Telecom Italia rechazaron incorporar al balance una nota propuesta por Werthein, haciendo valer el voto doble del presidente. En ese momento, Werthein comunicó que se negaba a aprobar el balance en su conjunto y dejó expresado por escrito que consideraba insuficientes las explicaciones que brinda la compañía sobre las implicancias que supone el ingreso de Telefónica. Según su visión, ese vínculo societario le podría generar a la empresa la pérdida de la licencia para operar en el país.
La influencia italiana
Además de presenciar las reuniones de directorio, los veedores entrevistaron a los directivos de la firma en privado. Sus declaraciones sirven para precisar la incidencia que podría tener Telefónica en Telecom Argentina a través de Telecom Italia.
Jorge Gamaleiro, gerente de compras de la firma, les informó a los veedores oficiales que Telecom Italia aporta los precios de referencia de las compras que pueden realizarse y algunos listados de productos sugeridos. Javier Padusek, gerente de innovación tecnológica, reconoció que los italianos tienen intervención en la incorporación de tecnología. El director Eduardo Garrido manifestó que Telecom Italia “no decide cuestiones de inversión en detalle, sino en términos generales”. Mientras que Valerio Cavallo, director de administración, finanzas y control, aseguró que todos los meses Telecom Italia recibe información contable y presupuestaria desde Buenos Aires, algo que resulta obvio dado que es el accionista mayoritario, pero que resquebraja el discurso de supuesta “independencia” de la filial respecto de su casa matriz.
Otro vínculo se da a través de los “expatriados activos”, directivos que trabajan en Telecom Argentina, pero están a sueldo de Telecom Italia. El listado incluye a Cavallo, director de la estratégica unidad de finanzas; Simone Batiferri, director de la unidad de telefonía fija residencial y pyme; y Luca Varvello, director de tecnología informática personal.
El Grupo Pirelli también nombró personal de su confianza mientras controló Telecom Italia. Entre ellos se destacan Oscar Cristianci, director titular; Jorge Firpo, director suplente; Guillermo Gully, director general corporativo; y José María Peña Fernández, director de Abastecimiento, entre otros. Los veedores le preguntaron a Cristianci si creía que Telefónica de España podía llegar a aplicar la misma política de nombramientos ahora que había reemplazado a Pirelli. “Es posible”, aseguró.
Conclusiones
A partir de la información recopilada durante sus cuatro meses de trabajo, los veedores concluyen al final del documento que “la cadena de co-control sobre Telecom Argentina, no termina en Telecom Italia, Olimpia y Telco. Telco, se encuentra a su vez sujeta a la influencia sustancial de Telefónica de España. Tal circunstancia se encuentra, entre otros elementos, corroborada por los especiales derechos que Telefónica de España tiene en Telco, que no los tienen sus restantes socios de la misma”.
Además, en otro fragmento del informe, se sostiene que “aun prescindiendo del co-control que Telco ejerce sobre Telecom Argentina, y la influencia dominante y sustancial de Telefónica de España en Telco, es evidente que la operación de concentración económica en análisis permitirá que una de las compañías, para el caso Telefónica de Argentina, acceda asimétricamente a información sensible y estratégica de su principal competidor en Argentina”. Por último, destacan que “ese dato insoslayable de la realidad económica de los negocios, conllevaría graves riesgos a la libre competencia y provocaría un daño a la economía general y al consumidor por sobre todo, ya que en estas circunstancias, las ganancias de eficiencia no llegarían para beneficio del mismo”.
En el Gobierno afirman que todavía no hay un dictamen oficial sobre el caso. Sin embargo, el costo político que supone convalidar un virtual monopolio en el mercado de las telecomunicaciones no es menor, sobre todo ahora que los propios veedores oficiales certificaron ese riesgo.
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