Domingo, 18 de mayo de 2008 | Hoy
EL PAíS › LA DISOLUCION DE LOS CENTROS DE ESTUDIOS DE LAS FUERZAS ARMADAS
Los cambios anunciados por Cristina Fernández y la ministra de Defensa, Nilda Garré, afectan los intereses de los militares retirados recontratados, como el contraalmirante José Acuña, seguidor de Cecilia Pando.
Por Nora Veiras
Frente a la plana mayor de las Fuerzas Armadas, la Presidenta y la ministra de Defensa, Nilda Garré, anunciaron la creación del Centro de Estudios Estratégicos Manuel Belgrano. La decisión se enmarca en la política de coordinar las acciones del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea y, al mismo tiempo, ampliar la definición de las investigaciones sobre defensa y seguridad internacional a la relación con académicos civiles. “La idea es validar los temas con el resto de la sociedad que no sean producto de un pensamiento militar cerrado, sino que se abra la discusión”, explicó a Página/12 uno de los encargados de darle forma al nuevo centro. En treinta días, las tres fuerzas tendrán que “disolver” sus propios centros de estudios. El proceso toca intereses de retirados recontratados que se refugiaban bajo ese paraguas para seguir influyendo. En el caso de la Armada, el contraalmirante José Luciano Luis Acuña, asistente a las exiguas concentraciones de Cecilia Pando en pro de la libertad de los represores, es uno de los que serían afectados por el rediseño estratégico.
En enero pasado, este diario reveló el caso del contraalmirante Roberto Pertusio, contratado como asesor permanente del Centro de Estudios Estratégicos –que preside Godoy–, mientras cumplía prisión domiciliaria por homicidios y secuestros durante la última dictadura. Pertusio fue profesor en la Escuela de Guerra hasta 2003. En 2006 fue detenido como uno de los responsables del centro clandestino que funcionó en la Base Naval de Mar del Plata. A principios de marzo, fue trasladado a la prisión de Marcos Paz al serle revocado el beneficio de la prisión domiciliaria. El caso derivó en un llamado de atención de Garré a Godoy, en sanciones a otros integrantes de ese centro y en la desaparición de la página web que daba cuenta de los integrantes y actividades.
Un par de meses después apareció el capitán de navío retirado en servicio Ricardo Horacio Aumann, profesor de la Escuela de Guerra, donde se forman los oficiales que acceden a los puestos de comando, y activo participante de las marchas de Pando. Al conocerse su militancia, le fue revocado el conchabo. En la última convocatoria de la esposa del mayor retirado Rafael Mercado se lo vio también al contraalmirante Acuña, que además de desempeñarse como docente en la Escuela de Guerra figura como asesor del Centro de Estudios Estratégicos. Estos ejemplos que muestran el apego a ideas y metodologías perimidas y condenadas alimentaron la decisión de rever la función y el contenido de los centros en cada fuerza.
“Nuestra historia reciente había colocado a nuestras Fuerzas Armadas como un instrumento frente al conflicto limítrofe o al conflicto interno, hoy exige que repensemos todo un sistema de defensa porque ha cambiado el país, porque ha cambiado el mundo y porque también hemos cambiado todos nosotros. Hace poco estaba en Misiones y me decía el gobernador que todavía en los puentes que se construyeron están los huecos donde debían colocarse los explosivos para volarlos en caso de que fuéramos invadidos por Brasil”, recordó la Presidenta al presentar en sociedad el nuevo centro de Estudios el viernes 9 en el Edificio Libertador.
El comunicado de la cartera de Defensa detalló que “la flamante entidad reemplazará a los entes similares existentes en las Fuerzas Armadas. Los jefes del Estado Mayor Conjunto de las FF.AA. y de los estados mayores generales del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea disolverán en un plazo de 30 días los Centros de Estudios existentes en los mismos” y explicó que “el objetivo de creación del Centro de Estudios Estratégicos Manuel Belgrano es acentuar la perspectiva de considerar a la defensa como un problema de todos los sectores de la Nación, civiles y militares. Al sumar a universidades y especialistas civiles a los estudios militares de la materia se propone elevar la consideración de la temática, plantearla en una perspectiva integral donde se analicen con el mayor nivel científico las capacidades y déficit de la Nación en esa esfera”.
El viceministro de Defensa, Germán Montenegro, será el secretario ejecutivo del centro que presidirá Garré. Los institutos universitarios de cada una de las armas tendrán que elevar sus propuestas de trabajo y el personal con el que cuentan al consejo académico. La decisión de Defensa es que sea personal en actividad el que desarrolle las investigaciones.
Una primera prueba será la organización del Ciclo almirante Storni junto con la Armada y la Liga Naval, una organización que actúa como apéndice de esa fuerza. El vicepresidente a cargo de la entidad es Jorge Alvarez, presidente de la Cámara Naviera Argentina y titular de la megaempresa de capitales chilenos.
Durante este mes, almirantes, generales y brigadieres tendrán que desactivar sus centros de estudios y Defensa tendrá que organizar y monitorear cómo se organiza la nueva institución. “La idea es que lo que se investigue no sea para guardar en los cajones”, dijo uno de los encargados de coordinar las tareas con los militares, los académicos civiles y la Cancillería.
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