Domingo, 18 de mayo de 2008 | Hoy
EL PAíS › CRISTINA KIRCHNER SE REUNIO CON EVO MORALES EN EL CIERRE DE LA CUMBRE DE AMERICA LATINA Y LA UNION EUROPEA
El mandatario boliviano reconoció el apoyo de la Presidenta, que también mantuvo un encuentro con el primer ministro de Holanda, Jean Peter Balkenende, y se entrevistó en nombre del Mercosur con las autoridades del bloque europeo.
Por Fernando Cibeira
Desde Lima
Cristina Fernández de Kirchner volvió a la Argentina luego de participar en la V Cumbre de América Latina y la Unión Europea que le sirvió para tomar un poco de distancia de los problemas domésticos y retomar aquella intención originaria de su gestión de darles un mayor énfasis a las cuestiones de la política internacional. La Presidenta siguió ayer con su agenda agitada: en apenas unas horas se reunió con Evo Morales, con el primer ministro de Holanda, Jean Peter Balkenende, y encabezó en su carácter de presidente pro témpore del Mercosur un encuentro con las autoridades de la Unión Europea. Con todo, los dos días repletos de reuniones no alcanzaron para hacer olvidar –se notaba en el ánimo de la comitiva– que los apremios hoy pasan por otra parte.
“Siempre sentí el respaldo político de Néstor y de Cristina. Hoy le agradecí a la compañera Cristina ese apoyo”, relató el presidente de Bolivia, Evo Morales, después de reunirse con Fernández de Kirchner en una media jornada “resaca” de la cumbre. Evo Morales aceptó el reto de la oposición de convocar a un referendo revocatorio para el 10 de agosto como forma de salir del atolladero que le planteaba la seguidilla de las elecciones que proponen la autonomía de las provincias más ricas. Era la primera vez que se encontraba con la Presidenta luego del desafío, y Cristina Kirchner ratificó el apoyo K a la patriada. Según fuentes argentinas y bolivianas, durante el encuentro –que fue breve– no hubo tiempo para tratar la cuestión de los envíos de gas que motivó la última visita de Morales a la Argentina.
Cristina Kirchner también encabezó como presidente pro témpore del Mercosur un encuentro con las autoridades europeas. La idea original era que en esta reunión se firmara un compromiso para alcanzar una asociación estratégica entre los dos bloques en 2010, que coincidía con el Bicentenario y la presidencia de España de la Unión Europea. Pero los encuentros preliminares demostraron que las posiciones comerciales se mantienen muy lejos, con desacuerdos que todavía se discuten en la Ronda de Doha. Cristina convocó en su intervención a “profundizar las relaciones y articular políticas” entre los bloques, aunque el compromiso que suscribieron fue tan nebuloso como para que no signifique nada. “Vamos a llevar las negociaciones a una conclusión exitosa, tan pronto como las condiciones así lo permitan”, fue la declaración.
De los encuentros participaron también los funcionarios de Cancillería que vienen trabajando en estos temas, como el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Alfredo Chiaradía; el subsecretario de Política Latinoamericana, Agustín Colombo Sierra, y el de Integración Económica, Eduardo Sigal. Quien viajó especialmente fue el representante argentino ante la Unión Europea, el ex ministro Jorge Remes Lenicov. La cumbre también marcó un debut a todo vapor para el flamante embajador argentino en Lima, Darío Alessandro. Una rara avis en la delegación fue la presencia de la secretaria de Ambiente, Romina Picolotti.
Ellos se movieron al compás de la Presidenta, que entraba y salía de los salones del Museo Nacional de Lima perseguida por una nube de cámaras y cronistas. En esas recorridas, mientras agradecía las preguntas pero no respondía, llegó a esbozar una teoría acerca de cómo había cambiado la fotografía en su etapa digital, ya que ahora los fotógrafos disparan indiscriminadamente porque luego no es necesario revelarlo todo. También alcanzó a responder que le había parecido un muy buen gesto el que había tenido Hugo Chávez con Angela Merkel al darle la mano y ofrecerle sus disculpas porque la había considerado como “la derecha que había apoyado a Hitler”. “Fue un buen gesto, yo estaba allí”, contó Cristina mientras luchaba con unos stiletto rojos, poco aptos para el rústico piso del museo, que se le salían.
La Presidenta mantuvo en dos días casi diez reuniones bilaterales en una agenda sin blancos. Con todo, resultó llamativo que no hiciera ninguna declaración –ni formal ni informal– sobre los temas que había considerado con otros jefes de Estado en la que fue su primera cumbre de calibre. El canciller Jorge Taiana tampoco aportó mucho más que la evaluación de “muy positivo” al término de cada encuentro.
Por ejemplo, después de la reunión con el premier Balkenende, con la que terminaron las actividades, ambos salieron disparados hacia los vehículos que los dejarían en el aeropuerto. Ni siquiera alcanzaron a dar cuenta del temario de la entrevista, solicitada por el primer ministro. Holanda es acreedora de Argentina en el Club de París.
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