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(Final de una entrevista realizada en 1996).

Terminado el reportaje, Neustadt sigue conversando animadamente con el cronista y el fotógrafo de Páginai12, sobre todo de periodismo y ética profesional. En un momento cambia los roles y es él quien interroga al reportero.

–¿ Usted qué opina de mí?

–Para serle sincero, yo lo odio hace treinta años. Hace treinta años que lo miro y lo odio. Durante el Proceso lo miraba y pensaba en contestarle, algún día. Espero que eso no haya influido en la entrevista, pero me asombro de estar aquí hablando con usted.

–Pero... usted me odia por lo que digo. Yo nunca hice nada: no fui funcionario, ni político ni redacté comunicados, ni fui agente de prensa. Siempre fui periodista. Lo mío, como lo suyo, es decir, opinar.

–Eso vale para esta etapa: usted dice unas cosas y yo otras. Pero durante el Proceso pasaban hechos terribles, muchos no podían hablar, eran perseguidos y usted podía salir por TV y decía cada cosa...

–¿Le puedo pedir que me mire a los ojos y preguntarle algo?

–Sí.

–Míreme a los ojos. ¿Usted cree que yo sabía todo lo que pasaba?

–Sí.

–No es así. Yo no sabía todo lo que pasaba. Se lo juro por lo que más quiero... Yo no tengo hijos... por mi mujer, por lo que usted quiera.

–¿Puedo publicar esto que me dijo, de memoria, como me lo acuerdo?

–Por supuesto.