“Acá hay sectores a los que gracias a Dios les está yendo muy bien y unos años atrás les iba muy mal. Y estamos todos contentos porque tienen buena rentabilidad. Sólo les pedimos que sean solidarios con los argentinos a los que no les va bien.” En otro regreso al sur que tanto nombra en sus discursos, Néstor Kirchner aprovechó el entorno amigable y conocido para dirigir un mensaje muy duro a las cámaras patronales del campo. Secundado por el gobernador de Chubut, Mario Das Neves, con quien ayer pareció firmar la paz definitiva (¿hubo alguna vez un enfrentamiento real?), Kirchner reclamó a los ruralistas que levantaran el lockout, les pidió que fueran solidarios y completó su mensaje con un insólito desagravio a la figura del pingüino.

“Espero que estos señores de los piquetes de la abundancia, cuando decían que iban a comer carne pingüina, nos pidan perdón a todos los patagónicos de una vez y se den cuenta de lo que significan los pingüinos para los sureños, como elemento global de nuestra historia y espíritu”, se quejó desde el micrófono. La inclusión de la frase “piquetes de la abundancia” no fue casual. La misma expresión había sido pronunciada por la Presidenta en un acto desde el Salón Blanco de la Casa Rosada.

El acto había sido anunciado como la reasunción de Das Neves al frente del PJ chubutense. Se realizó en el Sindicato de Petróleo y Gas privado del Chubut, un gremio afín al kirchnerismo. Ante unas dos mil personas reunidas en un gimnasio, Kirchner dedicó una parte de su discurso a referirse a los cantitos que se entonaron en el acto convocado por los ruralistas en el Monumento a la Bandera. Allí se había escuchado mucho, casi como declaración de guerra contra los K, el slogan “el que no salta es un pingüino”. “Quiero desagraviar algo que en Chubut es un ejemplo. Para mí siempre fue un honor que me digan ‘el pingüino’, ‘ahí va el pingüino’. Me siento honrado de ser pingüino. Me siento orgulloso de serlo”, contestó ayer Kirchner.

El ex presidente fue a Chubut a acompañar a Das Neves junto al gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli. El chubutense fue uno de los primeros gobernadores en hacer cuestionamientos públicos al Ejecutivo por su manejo del conflicto rural. En sus críticas se concentró particularmente en la figura del jefe de Gabinete, Alberto Fernández. “Tiró demasiado de la soga, ostentando un poder que nadie le ha dado”, fue la frase más dura que Das Neves le dedicó a Fernández. Ayer, a dos meses de aquellas declaraciones, recibió calurosos elogios de parte de Kirchner y Scioli. “Vengo y quiero agradecer cómo nuestro gobernador ha apoyado y está apoyando para que se lleve adelante la redistribución del ingreso”, lo ensalzó el santacruceño.

En un auditorio compuesto por petroleros y camioneros, Kirchner calificó la protesta rural como “una extorsión” y dejó entrever que el Gobierno no retrocederá con las retenciones móviles. “Hemos soportado estoicamente noventa días de extorsión y presión permanente. Les pregunto a ustedes, camioneros y petroleros, si podrían vivir noventa días sin trabajar. Vamos a luchar por la mesa de los argentinos, para que todos puedan acceder a los alimentos. Lo único que falta es que en el país de los alimentos los tengamos que pagar en euros. El día que Cristina juró por la patria y el pueblo, les puedo asegurar que llegó para pelear por los intereses de todos los argentinos, pero fundamentalmente por los menos privilegiados. Y va a cumplir ese mandato con todas sus fuerzas”, sentenció.

El discurso duró veinte minutos. Los petroleros lo acompañaron con cantitos a favor. Eso pareció entusiasmar a Kirchner, quien recordó los reclamos de ese gremio. “Cuando ustedes cortaban una ruta, decían ‘ahí salen los patoteros’. Cuando salen estos señores a las rutas, desabastecen a los argentinos y aumentan los precios, dicen ‘sale la democracia’. Hay que terminar con esta mentira mediática”, cargó. Sin hablar de golpismo o clima destituyente, vinculó la protesta rural con los golpes de 1955 y 1976. “La Argentina tuvo un ’55, que nos costó dolores, tuvo un ’76 que nos costó 30 mil desaparecidos, pero nunca más se van a truncar los procesos nacionales y populares. Nos pondremos al frente y daremos batalla”, prometió. Y se ganó el aplauso que había buscado.