“Julio Cobos, el equilibrista.” Ese es el título de la película que el vicepresidente empezó a filmar desde que decidió votar en contra del Gobierno y ensayar un regreso al radicalismo. Aseguran que el rodaje durará hasta el 2011, pero tras las últimas escenas de coqueteo con la UCR que protagonizó el vice, el presidente provisional del Senado, José Pampuro, el diputado kirchnerista Carlos Kunkel y hasta el jefe de Gabinete, Sergio Massa, salieron a marcarle la cancha y le advirtieron sobre el “compromiso político” que asumió cuando compartió la fórmula con Cristina Fernández. Sin esperar, el vice les respondió a través de un comunicado de prensa: “No voy a ocupar ningún cargo partidario, ni seré candidato a nada en el 2009. Voy a respetar el mandato popular, no tengo derecho a otra cosa”.

Antes de ingresar al acto por el Día de la Industria, Massa fue consultado por el encuentro que ayer mantuvieron Cobos y el ex presidente Raúl Alfonsín. “Todos somos grandes y sabemos lo que hacemos”, contestó, al tiempo que recordó que el ex gobernador mendocino “es el vicepresidente de la Nación” y tiene “una responsabilidad institucional”. Con delicadeza, el jefe de Gabinete dejó entrever que en la Casa Rosada no les resultan agradables las últimas movidas del mendocino.

Más explícito fue Pampuro –compañero en la Cámara alta–, quien denominó “una contradicción” el regreso de Cobos a la UCR “si el radicalismo busca ser un partido opositor”. Sin embargo, el senador dijo que, teniendo en cuenta el voto en contra de las retenciones móviles, “prevé que esa situación pueda concretarse”. “En estos últimos tiempos ha sido un desfile de dirigentes del radicalismo”, agregó Pampuro en referencia al despacho del presidente del Senado.

Además de los cobistas, por la oficina del vice pasaron dirigentes históricos del radicalismo con el objetivo de negociar cómo será el regreso. Ante algunas versiones de que Cobos podría ser candidato a senador en 2009, Pampuro dijo irónicamente que “no entiende” cómo alguien “comprometido personal y políticamente pueda estar en los dos cargos”.

Sobre la relación con la Presidenta, el legislador opinó que, de concretarse el pase a la UCR, el vínculo cambia “porque él va a tener, en algún lugar, que abrazar la oposición de una manera mucho más franca. La situación tiende a complicar mucho más la relación”.

El vicepresidente no tardó en contestar a través de un comunicado donde hizo expresa referencia a sus declaraciones. “Conozco claramente mi rol y mi responsabilidad. Mi esfuerzo está en aportar lo mejor de mi trabajo y de mis ideas a esta gestión. He manifestado siempre mi compromiso con el gobierno que integro como vicepresidente hasta el 2011”, le retrucó.

Fuentes cercanas al vice admiten que una renuncia a su cargo en este momento tendría un impacto negativo en su imagen, que lo podría llevar a dilapidar lo cosechado luego de su voto en el Senado. Conscientes de esa limitación, la estrategia de Cobos es liderar hacia el 2011 un armado que incluya a la UCR pero que también involucre a peronistas disidentes y otros espacios políticos. Algo así como una Concertación paralela a la del Gobierno, pero con el radicalismo como columna vertebral y con el vice por encima de todo. Para eso los cobistas van a competir por cargos en el partido y así garantizar el apoyo radical al mendocino. Los operadores de Cobos dicen que “le tienen sin cuidado” las críticas kirchneristas porque “no tiene intenciones de ligarse orgánicamente al partido”.

Kunkel fue otro de los hombres del riñón K que se sumó a las críticas al vice. “No creo que fuera tan grave que se hubiera entrevistado con el ex presidente Raúl Alfonsín, lo grave es no ser leal con los compromisos contraídos a sólo siete meses de haber participado con el programa en la campaña electoral”, afirmó. El vice recogió el guante y lo devolvió con cierta razón. “No se me puso como requisito que renunciara al partido, con el cual tengo sentido de pertenencia, para acompañar a la doctora Cristina Fernández en la fórmula presidencial”, argumentó y agregó: “Yo era afiliado de la UCR cuando me ofrecieron integrar la fórmula”.

El vice repitió que no quiere “ser un obstáculo para la unidad de la UCR”, al tiempo que se desvinculó del proceso de normalización que va a realizar el partido en octubre. “Las autoridades nacionales del radicalismo están reconsiderando las sanciones disciplinarias impuestas; ahora, esa reconsideración es una medida que no depende de mí. Nunca me fui del radicalismo, no renuncié, ni pedí la desafiliación; es más, apelé cada una de esas medidas. Mi pertenencia partidaria nunca estuvo en discusión”, concluyó.