Martes, 2 de septiembre de 2008 | Hoy
SOCIEDAD › GRASSI DECLARó QUE EL JUICIO EN SU CONTRA ES UNA VENDETTA DE SU GIMéNEZ
La audiencia de ayer no avanzó sobre la causa. Grassi habló sobre su vida, sobre la obra de los salesianos y durante varias horas trajo a cuento el juicio que lo enfrentó con Su Giménez entre el ’99 y 2002, por la liquidación de lo producido por llamadas al 0-600.
Por Horacio Cecchi
Si alguien, desprevenido, hubiera logrado ingresar a la sala de audiencias del Tribunal Oral 1 de Morón, habría deducido una confusión, un lamentable error y una sala equivocada. Frente a los jueces, un hombre relataba su vida, su obra, su fe en la Iglesia, la supuesta fe que la Iglesia le deparaba y alguna infidencia con tono agrio, alguno diría que agresivo, contra ciertas personas que se habían cruzado en su camino. No, seguramente no era la audiencia que buscaba. Para peor, el hombre del banquillo también habló, durante cinco horas, sobre Su Giménez, su ex novio Corcho Rodríguez y una supuesta confabulación político-televisiva en su contra para vengarse por su denuncia y juicio contra la pareja por los dividendos millonarios de los llamados al 0-600 del programa de la diva. Y el del banquillo además agregaba que la vendetta consistió en difundir falsas informaciones a los medios (el demonio de la prensa), lo que derivó en una causa abierta que ahora se debate en este juicio oral. No público, se sabe, porque el Tribunal así lo ha determinado. Pues, no era la sala equivocada. En el banquillo declaraba Julio César Gra-ssi. Lo hizo durante cinco horas. Hoy continuará. Se supone que con lo de la Su. Fue allí donde lo interrumpieron. Del caso, por ahora, nada.
En realidad, para corregir a este cronista de puertas afuera, la audiencia de ayer se dividió en dos partes e inició a las 8.50, cuando Grassi llegó a los Tribunales de Morón. “Traigo cosas novedosas que los jueces desconocen –aseguró–. Voy a ser absuelto y voy a responder a las preguntas que me haga la fiscalía, los querellantes y mi defensa”, dijo a los medios (en un momento en que convenientemente no eran demonios). No dijo cuándo, ya que esas preguntas tendrán lugar después de concluir su declaración biográfica. Y llegado el momento, también estará en condiciones de no responder preguntas. Es su derecho. También dijo que “la tendencia actual del juicio me favorece”, y reiteró que “la Iglesia confía en mí y la gente de bien espera la decisión de la Justicia”.
La primera parte, hasta las 13 y si se quiere la más jurídica, no avanzó sobre el caso sino que trató sobre quejas de Grassi por las repercusiones mediáticas de lo que ocurría dentro del juicio oral y público sin gente. Esto motivó una recomendación del Tribunal. “Deberá recomendarse a todas las partes que no se mediaticen las pruebas del juicio hasta tanto concluya la etapa probatoria, toda vez que ello favorecerá la credibilidad de los testimonios, a valorar por el Tribunal”, señaló una alta fuente judicial. Además, los abogados de Grassi se la tomaron con los dos ex felices los niños, los denunciantes Luis y Gabriel que, como en todo juicio, estaban presentes como víctimas. Grassi sostuvo que se ponía nervioso y pidió que no estuvieran presentes.
El Tribunal se tomó un cuarto intermedio para decidir y finalmente rechazó el pedido, dado que es un derecho de los denunciantes. “No podrían repreguntar si no estuvieran presentes”, dijo a los medios el fiscal general Federico Nieva Woodgate. “Puede ser una pretensión de complicar un poco más la cosa, que no la va a complicar demasiado”, confió. Mientras, el abogado que representa los derechos constitucionales de los niños (Casacidn), Juan Pablo Gallego, dijo que “es una actitud dilatoria, quiere ganar tiempo, no puede hacer nada desde el punto de vista jurídico”.
El Tribunal, por otro lado, dispuso que representantes de la Secretaría de los Derechos Humanos de la Nación podrán asistir a las audiencias como veedores de los derechos del niño, luego de un pedido de reconsideración de Gallego ante la negativa anterior del tribunal. “Nos complace mucho la decisión”, sostuvo Gallego.
A las 12.40 inició la otra etapa, más autobiográfica, más manual de catequismo, más amén que otra cosa, que se extendió hasta las 14.30. Previa advertencia de los jueces en relación con que la declaración se ajustara al caso, algo así como que se trataba de un juicio y no de una misa, se pasó a cuarto intermedio. Poco antes de las 16 continuó la segunda etapa. Allí Grassi salió con lo verdaderamente novedoso, y hasta sorprendió a los jueces. Recordó que había denunciado a Su Giménez, a su ex el Corcho Rodríguez y los directivos de Hard Communication por “defraudación por administración fraudulenta” por un concurso realizado en el programa de la diva en 1997. Recordó que el público llamaba al 0-600 de Su y que parte de lo recaudado por las llamadas le correspondía a la Fundación por contrato. El contrato, según Grassi, no se cumplió y le quedaron debiendo una cifra millonaria. Inició juicio civil en el ’99 y todo derivó en un proceso (la Su quedó fuera de él) que en septiembre de 2002, o sea hace seis años, quedó resuelto de dos maneras. Fuera del juicio, se llegó a un arreglo en el que se pagó al cura la suma de 680 mil dólares. Y dentro del juicio, Grassi se desdijo, o dijo que en realidad el monto que había recibido antes de la denuncia (1.080.000 pesos) era correcto. La imagen de Su quedó muy dañada, diría Grassi, y aquí están las consecuencias: un juicio por denuncias falsas montadas sobre esos demonios, los medios. Hoy continúa.
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