La presidenta Cristina Fernández recibirá mañana, miércoles, a las 19 en la Casa Rosada, a las autoridades de la Iglesia Católica, encabezadas por el cardenal Jorge Mario Bergoglio, oportunidad en la cual los obispos entregarán en mano el documento emitido la semana pasada y que titularon “La Patria es un don, la Nación una tarea”. El mismo miércoles, a las 20.30, los miembros de la jerarquía eclesiástica se entrevistarán con el vicepresidente Julio Cobos, en su carácter de titular del Senado, en tanto que hoy, a las 18, los obispos irán al Palacio de Tribunales para reunirse con el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti. De esta manera, de la ronda de audiencias solicitadas la semana anterior por la jerarquía católica tras dar a conocer su documento, sólo queda pendiente fijar la fecha del encuentro con el titular de Diputados, Eduardo Fellner. La rápida aceptación del pedido de audiencia por parte de la Presidenta es un gesto político que busca evitar especulaciones respecto de nuevas tensiones o molestias entre la Iglesia y el Gobierno.

El vocero del Episcopado, Jorge Oesterheld, había señalado en oportunidad de dar a conocer el documento que “la intención (al pedir las audiencias) es llevarles personalmente el documento y transmitirles la preocupación de la Iglesia por la situación institucional” que, agregó, “también afecta la vida de las personas, especialmente de los más pobres”. Del encuentro con la Presidenta participarán, además del cardenal Jorge Bergoglio, los dos vicepresidentes e integrantes de la Comisión Ejecutiva, los arzobispos Luis Villalba (Tucumán) y José María Arancedo (Santa Fe). Aunque no hay una agenda establecida y generalmente en esta oportunidad se suele abrir un diálogo sobre cuestiones generales, no existen mayores expectativas para la reunión.

Todo indica que la entrevista transcurrirá por canales formales, que los obispos entregarán el texto de su declaración en mano y harán breves comentarios sobre el particular. Todos los interlocutores evitarán, como ya ocurrió en ocasiones anteriores, los temas más ríspidos o no resueltos entre la Iglesia y el Gobierno. Uno de ellos es la pendiente designación del obispo castrense, situación congelada desde el gobierno de Néstor Kirchner, cuando el entonces presidente desconoció al obispo castrense Antonio Baseotto después de que éste realizara declaraciones contra el ministro de Salud de entonces, Ginés González García, condenando sus posiciones en favor de la despenalización del aborto.

La metodología de solicitar audiencia “con todos los poderes del Estado” fue impuesta durante la presidencia del cardenal Bergoglio al frente de la Conferencia Episcopal y es leída como una forma de “jerarquizar” el diálogo institucional de la Iglesia. Al hacerse el pedido de audiencia colectivo se busca, además, “despersonalizar” la relación y ofrecer la imagen de que se actúa como cuerpo episcopal. Los obispos ya se entrevistaron con Cristina Fernández siguiendo esta misma lógica, pero no lo pudieron hacer, en cambio, hace cuatro años con Néstor Kirchner.