El complejo entramado judicial y político que rodea la causa del Grupo Clarín contra la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual sumó ayer otra novedad. El camarista Ricardo Guarinoni se excusó de opinar en el pedido de recusación realizado por el gobierno nacional contra el magistrado Francisco De las Carreras, a quien se lo acusa de haber viajado a un Congreso en Miami con los gastos pagos por el Grupo Clarín. Guarinoni argumentó que también había participado del mismo viaje convocado por la organización Certal, por lo que “motivos graves de decoro y delicadeza” lo obligan a no actuar frente al planteo del kirchnerismo. Guarinoni, al igual que De las Carreras, integra la Sala I del fuero Civil y Comercial, que ya intervino en la causa en oportunidades anteriores y que podría volver a opinar sobre la medida cautelar vigente hasta el 7 de diciembre.

Cuando el oficialismo tomó conocimiento de que varios magistrados involucrados en la causa Clarín habían participado de ese congreso organizado por Certal y la Federación Latinoamericana de la Magistratura bajo el título III Cumbre de Medios de Comunicación y Cumbre de la Propiedad Intelectual, inició una acción penal contra De las Carreras, planteó un pedido de recusación y a través del Consejo de la Magistratura le pidió que diera explicaciones. De las Carreras respondió públicamente que las acusaciones del Gobierno “no se ajustan a la verdad”, ya que el viaje lo pagó Certal y no el Grupo Clarín, que en realidad es uno de sus principales auspiciantes. El magistrado señaló, además, que hubo importantes jueces de otros países como Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile y Estados Unidos, entre otros.

Cuando la causa penal está todavía en su etapa inicial, los otros integrantes de la Cámara Civil y Comercial deben resolver si aceptan o no el pedido de recusación. En ese contexto, Guarinoni presentó un escrito en el que se excusa de opinar porque la situación es similar a la de De las Carreras. El texto, fechado el 12 de noviembre, señala que el viaje “motivó la recusación de mis otros colegas de este Tribunal que también concurrieron a dicho evento” y asegura: “Motivos graves de decoro y delicadeza me obligan a excusarme y abstenerme de intervenir en estos obrados”, conforme a lo que ordena el artículo 30 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.