Domingo, 24 de agosto de 2014 | Hoy
EL PAíS › ESTELA DE CARLOTTO HABLO DE LA RECUPERACION DE LA NIETA 115
La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo destacó la tarea de la Unidad especializada en la apropiación de niños durante la dictadura, cuya investigación permitió identificar a Ana Libertad. “Son logros colectivos”, dijo su titular, Pablo Parenti.
“Estamos muy contentos de haber podido aportar nuestro granito de arena, pero hay que destacar que son logros colectivos y no fuimos más que uno de los varios actores que intervinieron en el caso”, aclaró ayer Pablo Parenti, titular de la Unidad Especializada en casos de apropiación de niños durante el Terrorismo de Estado, en referencia a la identificación de la nieta 115, hija de Héctor Baratti y Elena de la Cuadra. “Por cada restitución hay cientos de investigaciones que no llegan a un ADN positivo”, recordó Parenti, cuyo equipo concentra e investiga desde octubre de 2012 las denuncias sobre posibles apropiaciones durante la última dictadura. “Hoy el Estado no nos deja solas”, destacó la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, a propósito de esa unidad.
Los nietos restituidos también celebraron la recuperación de la identidad de Ana Libertad, nieta de la primera presidenta de Abuelas, Alicia Zubasnabar de de la Cuadra, fallecida en 2008. Pablo Gaona Miranda señaló que, tras la identificación de Ignacio Guido Montoya Carlotto, la mujer que resultó ser Ana Libertad pidió a través de su abogado que “aceleren” los trámites para conocer su identidad, pues había dado una muestra de su ADN y esperaba el resultado. Horacio Pietragalla se esperanzó en que “la masividad de la noticia” de la aparición de Ignacio Guido “va a traer muchos nietos más”. Victoria Montenegro enfatizó la necesidad de “seguir despertando la conciencia”, para que “se entienda que mientras le falte la identidad a uno de nuestros nietos, nos sigue faltando nuestra identidad completa”.
La Unidad Especializada en apropiaciones de la Procuración General de la Nación realiza un trabajo silencioso que se tradujo en la aceleración de los tiempos de las investigaciones. El proceso comienza por lo general en derivaciones de denuncias que se reciben en Abuelas de Plaza de Mayo, en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), en el Fondo de Recompensas específico (con reserva de la identidad del denunciante) o bien de querellantes o particulares. Luego se aplica un protocolo, que se aprobó junto con la creación de la Unidad, con una serie de medidas de prueba para corroborar si existen sospechas fundadas de que pueda tratarse de una apropiación en el marco del terrorismo de Estado.
La tarea de esa unidad fue elogiada por Carlotto, quien destacó el acompañamiento del Estado a las Abuelas de Plaza de Mayo. La presidenta de esa entidad explicó que ahora cuentan con una “cadena de apoyo formal”, entre cuyos eslabones citó a la Conadi y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
Parenti detalló que durante los 22 meses transcurridos desde octubre de 2012 “abrimos 180 investigaciones preliminares, de las cuales la mitad están en curso y la otra mitad fueron cerradas”. “Apuntamos a robustecer el caso, de modo que cuando lo presentamos ante la Justicia tenga el estado de sospecha necesario para ordenar el análisis de ADN”, agregó. Cuando Abuelas pidió la creación de la Unidad pasaban dos años entre la recepción de la denuncia y la realización del análisis de ADN. “Ese plazo no se justificaba porque las medidas son bastante básicas. Al establecer vínculos con distintas agencias, públicas o privadas, logramos que el tránsito por la unidad sea rápido. En pocos meses tenemos el caso investigado y cuando jueces o fiscales reciben los resultados, por lo general coinciden y ordenan el ADN”, explicó.
Hasta la última semana ningún caso investigado por la Unidad se había traducido en una identificación. Algunos se judicializaron pero los ADN dieron resultado negativo. En otros los análisis están en curso. Sobre los que se cerraron, en algunos se constató que eran nacimientos y/o adopciones en regla; en otros había sospechas de delitos pero fuera del período del terrorismo estatal (esos casos se denuncian a la Justicia); y un tercer grupo, dentro del rango de años que incluye la dictadura, son casos de víctimas de tráfico de niños sin vínculos con el terrorismo de Estado. Al menos uno tuvo final feliz: una mujer se reencontró con su madre, que la había entregado de niña.
Parenti destacó el de Ana Libertad como “un caso donde intervinieron todas las agencias del Estado”: la Conadi, luego la Unidad, tras el pedido de ADN la Unidad Fiscal y un juez federal de La Plata, más tarde Cancillería, un consulado y el Banco Nacional de Datos Genéticos. “Ojalá este trabajo en común pronto dé más frutos”, se esperanzó.
Los nietos restituidos también se expresaron. Pietragalla recordó a “Licha” de la Cuadra, primera presidenta de Abuelas. “Los que la conocimos, los que la pudimos disfrutar, sabemos que era una abuela hermosa, que luchó siempre para encontrar a su nieta. Lamentablemente hoy no está, pero están su familia, sus tías, que están felices”, destacó. Por su parte, Victoria Montenegro, la nieta 66 recuperada por Abuelas de Plaza de Mayo, también celebró que “tantos años de búsqueda den frutos” y en su caso destacó el trabajo de la Conadi para encontrar a los nietos radicados en el exterior. “En Europa está la red por la identidad, donde también se trabaja en la búsqueda de Abuelas”, recordó además Montenegro, y resaltó “la importancia de que la política de derechos humanos sea una política de Estado”.
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