La Coalición Cívica-ARI formalizó en un congreso la candidatura de Elisa Carrió para presidenta, su alianza con la UCR y el PRO, y la participación en las PASO. Carrió enfatizó la necesidad de unificar a la oposición para enfrentar al kirchnerismo, explicó que a Mauricio Macri “no se le entiende (lo que dice) porque es ingeniero”, elogió a Ernesto Sanz por evitar que la UCR se aliara con Sergio Massa y le reclamó a Margarita Stolbizer que baje su candidatura porque “le da a Scioli los cuatro puntos que le quita a este cuerpo”. Al papa Francisco le cuestionó que “cuando baja a la Argentina sólo sabe ver una unidad básica” y le pidió que “cumpla en no meterse en la política argentina”.

Los delegados que cerraron el congreso expusieron sobre la necesidad de “salvar la República” y “luchar por la decencia” pero admitieron la aspereza de tener que “digerir las alianzas” con Macri y la UCR. “Nos puede hacer ruido pero es la estrategia más inteligente para derrotar al PJ”, razonó un congresal. Agregó que el aprendizaje de 2011, cuando Carrió obtuvo el 1,84 por ciento de los votos, es que “es mejor la inseguridad” de un aliado como Macri que perder “la esperanza de cambiar algo”. El diputado Fernando Sánchez consideró que es “una decisión llena de riesgos”, aseguró que “no venimos a blanquearle el pasado a nadie” y pidió darles “una oportunidad a los compatriotas de votar a una mujer decente”.

Carrió entró con Héctor “Toti” Flores y con la macrista María Eugenia Vidal. “Se siente, se siente, Lilita presidente”, le cantaron. De fondo se escuchó un bombo acomplejado. “No estuve, tenía backstage”, se disculpó Carrió por su ausencia en el congreso. “Quería que deliberaran sin mi presencia”, los desconcertó. “Nunca me fui de este partido y si me fui fue para que sea más grande y generoso”, aseguró. Agradeció al legislador Maximilano Ferraro, al demócrata mendocino Gustavo Gutiérrez, a Toti Flores y a los “amigos de cada pueblo” que la reciben “con una cruz y sábanas blancas”, contó. Entre nombre y nombre mechó reflexiones: “No hay ideologías, hay ciudadanía del alma”. “Nadie es culpable de nacer rico o pobre, las mejores personas están en una mansión o un rancho”. “Dios está en todo y en todos”. “No hay templos para la humanidad, la humanidad es el templo”.

Carrió presentó a Vidal como “la próxima gobernadora” y agradeció la presencia de Martín Lousteau, candidato a jefe de Gobierno. Del elogio a la comida armenia saltó al genocidio armenio, enseñó que “las ideologías confunden a los pueblos porque en sus nombres se roba, mata y aniquila” y lamentó “los conflictos étnicos en Africa alimentados por los chinos”. “La cuestión del humanismo adquiere una importancia enorme”, reflexionó, y volvió al país para repudiar que el cortesano Carlos Fayt “es vejado y torturado por una minoría de jóvenes conducidos por la Presidenta”.

Al repasar sus alianzas dijo “sé perdonar” y le recordó al ex lilito Adrián Pérez que “puede volver si quiere”. “Me arrancaron un hijo y se lo llevaron las mafias”, piropeó a Sergio Massa. Destacó el “desafío” de a la oposición, explicó que “este fascismo fue posible porque muchos no me acompañaron en 2007” (su mejor elección, a 22 puntos de CFK), criticó a los “empresarios que no presionan para construir sino para violentar esta Argentina” y elogió a Macri por su “entereza ante las presiones”. Luego dio nombres: “Bulgheroni, Brito, Paolo Rocca: dejen de presionar. Ustedes construyeron el monstruo, ustedes lo desarticulan”.

“El pueblo nos pidió unidad. Lloré mucho pero tenía el deber”, justificó la alianza. Admitió que a Macri “no se le entiende”, pero pidió ser optimistas porque “mi hermano era igual pero se está haciendo culto”. “Tengo más diferencias con mis hermanos radicales que con el PRO”, confesó. Elogió a Ernesto Sanz por su rol “para que la UCR no fuera entregada llave en mano al PJ massista”. Al final habló de un programa con “ocho contratos”, dijo que “no puede haber IVA ni Ganancias” aunque propuso “un mínimo de 40 mil” pesos. Hacia el final elogió “el papel central de Francisco en una humanidad que sangra” pero le cuestionó que “cuando baja a la Argentina sólo sabe ver una unidad básica”. “No defraude. Cumpla en no meterse en la política argentina. No se meta en la interna del PJ”, le reclamó al Papa.