Viernes, 5 de agosto de 2016 | Hoy
EL PAíS › FRIGERIO, IBARRA Y PEREZ PRESENTARON EN DIPUTADOS LA REFORMA ELECTORAL DEL GOBIERNO
Los funcionarios defendieron el voto electrónico y los cambios en las PASO, pero los partidos de oposición y algunos socios de Cambiemos reclamaron modificaciones y plantearon dudas sobre la vulnerabilidad del nuevo sistema.
Por Miguel Jorquera
El ministro de Interior, Rogelio Frigerio, inauguró durante un plenario de comisiones de la Cámara de Diputados el debate parlamentario de la “reforma política” con la que el Gobierno quiere implementar en la próxima elección el voto electrónico. “Vamos a eliminar un montón de trampas”, señaló el ministro, demonizando la boleta tradicional en papel. Desde la oposición –y también los socios radicales en Cambiemos– desplegaron diversas críticas al proyecto oficial. Señalaron la “vulnerabilidad” del sistema propuesto –como demostró un fallo judicial en al Ciudad–; reclamaron que su implementación sea “progresiva” en todo el país (y no para el año próximo); cuestionaron que la “transparencia” prometida se rompe porque “el voto deja de ser secreto” ya que la máquina de votación “es una computadora y no una impresora”. También se objetó que se obliga a los votantes a optar por un solo partido en las primarias y que se mantiene el piso restrictivo del 1,5 por ciento de los votos en las PASO para participar en la elección. Progresistas reclamó “igualdad de género” para que el 50 por ciento de las candidatas sean mujeres. Los especialistas también sumaron observaciones al proyecto.
“Buscamos que los argentinos votemos de otra manera, incorporando la tecnología. Vamos a eliminar un montón de trampas que se hacían con las boletas y vamos a terminar con las listas colectoras, este invento en el que se mezclan las boletas de los partidos haciendo que a un candidato se le cuelen distintas listas”, dijo Frigerio invocando las supuestas bondades del proyecto ante el plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto, que presidió el macrista Pablo Tonelli en el Anexo C de la Cámara.
“Queremos un sistema donde podamos comprar el mejor equipamiento, que de satisfacción al proceso electoral, con pantallas amigables y un diseño adecuado, y que ese equipamiento sea reutilizable, que no se arruine ni pierda vigencia”, argumentó el ministro de Modernización, Andrés Ibarra, que al igual que los otros funcionarios no pudo precisar cuanto será el costo que el Estado deberá afrontar por el cambio del sistema de votación.
“Necesitamos generar confianza en los argentinos, necesitamos generar elecciones ejemplares ya el año que viene”, sumó el secretario de Asuntos Políticos, Adrián Pérez. El ex lilito y ex massista, un crítico de la boleta en papel, fue quien trabajó en al redacción del proyecto con los partidos políticos y sostuvo que el mismo “tiene un nivel de consenso bastante importante”.
Pero ya surgieron diferencias entre los propios socios de Cambiemos. Aunque el jefe de los diputados radicales, Mario Negri, adhirió al proyecto, no pocos de sus correligionarios cuestionan que los electores deban participar en la interna de un solo partido. “Seremos exigentes porque no se puede hacer marketing con los derechos electorales”, dijo la diputada porteña Carla Carrizo. “Del proyecto aún no se desprende qué instrumento de votación se usará. Si no está disponible el modelo de máquina que usaremos, ¿cómo podemos controlar su funcionamiento? Faltan certezas y una modernización a ciegas no genera seguridad sino incertidumbre electoral”, señaló la politóloga.
“Si es tan transparente, la semana que viene queremos una terminal acá”, desafió Cabandié a los funcionarios macristas que defendían a rajatablas el sistema electoral porteño. El diputado del FpV quiere analizar su funcionamiento, que la propia justicia de la Ciudad definió como “vulnerable”.
El ex diputado e histórico apoderado del PJ, Jorge Landau, expuso como especialista con una serie de cuestionamientos que fueron desde la falta de un diagnóstico que prescriba el cambio de sistema sin tener en cuenta otras opciones como la boleta única hasta la falta de previsión en el proyecto si el voto electrónico no se alcanza a implementar en todos el país, como admitieron los propios funcionarios. Landau también criticó la propuesta oficial de eliminar de la fórmula electoral y que en las PASO solo se vote el candidato a presidente, sin su vice: “de esta manera puede llegar a la vicepresidencia alguien que no participó del proceso electoral al que fueron obligados a sobrellevar todos los otros candidatos”.
“El cepo introducido verticaliza las primarias, prohibiendo votar diferentes partidos según la categoría. Lo mismo sucede con las dobles candidaturas a cargos ejecutivos y legislativos, que permiten que los máximos representantes de las fuerzas opositoras puedan liderar, si no ganan, las bancadas legislativas opositoras”, se quejó Néstor Pitrola (FIT-PO). Desde el PTS-FIT, Miriam Bregman sostuvo que el proyecto “viola los derechos de los electores por la imposibilidad de votar en dos primarias” obligando a los electores a optar por un solo partido político.
La oposición amigable tampoco fue ajena a las críticas. La socialista Alicia Ciciliani defendió la implementación de la “boleta única” por categorías como se utiliza en Santa Fe. El salteño Pablo Kosiner, del Bloque Justicialista, reivindicó el sistema utilizado en su provincia con voto electrónico y comprobante en papel que se deposita en una urna para la posterior verificación del resultado. Kosiner reclamó al Gobierno la “aplicación progresiva” del nuevo sistema para que “el cambio tenga credibilidad de la población y los partidos políticos”.
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