Miércoles, 12 de abril de 2006 | Hoy
EL PAíS › RECLAMAN INCORPORAR A LOS TERCERIZADOS AL CONVENIO DE UTA
El conflicto en los subtes se extendió ayer a las cinco líneas y el Premetro. Así lo decidieron los trabajadores de Metrovías y de nueve empresas tercerizadas, quienes reclaman su encuadramiento en UTA. Metrovías y el Gobierno dicen que lo debe resolver la CGT.
Por Miguel Jorquera
Hoy tampoco habrá subtes. Así lo decidieron los trabajadores de Metrovías y de nueve empresas tercerizadas –en asambleas realizadas en las terminales de las cinco líneas de subterráneos y el Premetro– después de haber paralizado totalmente el servicio desde el mediodía de ayer y de no recibir ninguna propuesta negociadora. Los empleados tercerizados reclaman su encuadramiento dentro del convenio de la Unión Tranviario Automotor (UTA), tal como la habían firmado en una acta-acuerdo de diciembre pasado. Metrovías y el Ministerio de Trabajo afirmaron que el problema es estrictamente sindical y lo debe resolver la Confederación General del Trabajo (CGT), que evitó hacer pública su posición. El conflicto generó problemas de tránsito, largas colas frente a las paradas de colectivos y, en general, el malhumor de los porteños. Y amenaza con prolongarse durante el feriado de Semana Santa.
A lo largo de toda la jornada de ayer no hubo ninguna señal ni canal de negociación. Después de plegarse a la protesta de los empleados de las empresas tercerizadas y paralizar todo el servicio, los trabajadores de Metrovías esperaron en vano alguna propuesta negociadora. Antes de las 20, las asambleas que se organizaron en cada una de las cabeceras de todas las líneas de subtes votaron continuar con el paro que hará que hoy “no salga ningún servicio”. Arriba, la ciudad ya se había convertido en un hormiguero y todavía la gente formaba largas colas en busca de algún medio de transporte para llegar a sus casas.
“No se trata de los compañeros de una sola empresa que brinda servicios tercerizados para Metrovías, son alrededor de nueve las empresas con unos 600 trabajadores, que realizan todo tipo de servicios, que perfectamente se pueden encuadrar dentro del convenio colectivo de la UTA, pero que Metrovías se niega a admitir”, afirmó a Página/12 Néstor Segovia, miembro del cuerpo de delegados de los subterráneos.
Al mediodía, el subte y el Premetro estaban paralizados, y el tránsito comenzaba a congestionarse. Pero la saga empezó temprano por la mañana. A las seis y media, los trabajadores de varias empresas tercerizadas –que reclaman su incorporación sindical a la UTA– levantaron por quinto día consecutivo los molinetes de la estación Constitución y dejaron pasar gratis a los pasajeros como protesta frente a su reclamo incumplido, firmado el 28 de diciembre pasado junto a la empresa y la cartera laboral.
“A las 9.59 horas –según un comunicado de Metrovías–, los empleados de la Compañía Metropolitana de Seguridad (CMS) se arrojaron a las vías entre las estaciones 9 de Julio y Tribunales de la Línea D. A las 10.04 horas cortaron las vías entre las estaciones Diagonal Norte y Lavalle de la Línea C.” Poco después, efectivos de la Guardia de Infantería de la Policía Federal, con palos y gases lacrimógenos, ingresaron en la estación 9 de Julio para desalojar a los trabajadores de las vías, respondiendo a una orden judicial que nunca se confirmó. Pero el enfrentamiento tampoco se produjo. “La posibilidad de que se reprimiera a los trabajadores tercerizados hizo que paráramos el servicio para evitarlo”, sostuvo ante este diario Roberto Pianelli, otro de los delegados del subterráneo. En tanto, Metrovías aseguraba en un comunicado que el conflicto lo había desatado un encuadramiento sindical solicitado por el personal de la Compañía Metropolitana de Seguridad que “se resuelve por vía administrativa, a través del Comité Central Confederal de la CGT”. Y sus voceros reproducían la posición empresaria ante los medios: “Se trata de 188 empleados de CMS que realizan tareas de seguridad, aunque igual se redujo su jornada laboral a seis horas y desde marzo se equiparó sus salarios con el personal comprendido en el convenio de la UTA, con 1796 pesos mensuales”, aseguraron. “Nosotros estamos dispuestos a cualquier diálogo, pero éste no es un tema que compete a la empresa”, afirmó a Página/12 el vocero de Metrovías, Juan Ordóñez.
“El Ministerio de Trabajo informa que la medida de fuerza adoptada por un grupo de delegados que se desempeñan en las empresas de seguridad que prestan servicio para Metrovías se trata exclusivamente de un conflicto de encuadramiento sindical sin reclamo salarial alguno ni de condiciones de trabajo”, rezaba el comunicado de la cartera que dirige Carlos Tomada.
Casi con los mismos argumentos que los empresarios, el ministerio se despegaba de cualquier responsabilidad en el conflicto. Luego agregaba que “de conformidad a lo solicitado por las partes involucradas, la cartera laboral ha remitido las actuaciones al Comité Arbitral de la CGT la semana pasada, a fin de continuar con los procedimientos legales vigentes”. Este último párrafo generó bronca entre los trabajadores. “Nos enteramos ahora de que el ministerio envió hace tres días el acta que firmamos en diciembre. Alguien la cajoneó, no sé quién, pero terminó boicoteando una solución”, reclamó el delegado Segovia.
Después de que se conociera la resolución de los trabajadores de continuar hoy la medida de fuerza que paralizará de nuevo los subtes, Tomada brindó una conferencia de prensa en la que ratificó el contenido del comunicado. Con Metrovías y la cartera laboral automarginadas del conflicto, los trabajadores quedaron sin interlocutores para arribar a una solución. El líder de la UTA y pope cegetista, Juan Manuel Palacios, también esquivó cualquier definición, incluso en su condición de vocero de la CGT, a quien apuntan empresarios y funcionarios. Lo cierto es que hoy quienes trabajan y viven en Capital deberán transportarse de nuevo con muchas dificultades, justo en vísperas de los feriados de Semana Santa.
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