Cuando Jorge Sobisch pensó una fecha para las elecciones neuquinas, no tuvo dudas. Como dio por descontado el triunfo del Movimiento Popular Neuquino, el 3 de junio le permitía competir con su ex socio Mauricio Macri en la interna de la derecha política y presentarse, después del candidato a jefe de Gobierno porteño, como el segundo triunfador de ese domingo. Pero en el ínterin cambiaron muchas cosas. La estrella de Sobisch languideció en el escenario nacional luego de la huelga docente y la represión que terminó con la vida del profesor Carlos Fuentealba. Y al margen de la proyección nacional, el MPN ahora pelea por continuar gobernando Neuquén. Lleva como candidato un apellido histórico: Sapag. La veda política comienza el sábado por la mañana y anoche Jorge Sapag cerró su campaña en la ciudad capital. Alejado de Sobisch, prometió “que en la provincia habrá igualdad de oportunidades”. Tiene enfrente a un exponente de la Concertación Plural que promueve el kirchnerismo: el intendente de la capital provincial, el radical Horacio “Pechi” Quiroga, que se presenta como una apuesta al cambio, y aventura que los neuquinos pondrán fin a casi 46 años de hegemonía del MPN.

Con domicilio en San Martín de los Andes, donde residía su padre, Elías Sapag, el candidato del MPN, destacó que los principales ejes de su propuesta son mayor seguridad en las grandes ciudades, una educación de mayor calidad, apoyo para los pequeños y medianos empresarios, acceso al trabajo y soluciones habitacionales. El próximo lunes, el día después de los comicios, el MPN cumplirá 46 años de existencia. Su primer presidente fue Elías Sapag, el padre del actual candidato. Su hermano Felipe era el referente popular de la fuerza. Jorge Sapag reivindica las banderas históricas de la agrupación y descuenta que el domingo se impondrán a la candidatura de Quiroga. Aunque las últimas encuestas le dan ocho puntos por arriba de su rival, y aunque no lo admita públicamente, Jorge Sapag no desconoce que el fusilamiento del profesor Fuentealba le juega en contra. Toma distancia de Sobisch y cuando se le pregunta por el tema, se limita a responder “no hacemos especulaciones”. Por si acaso, le endilga a la oposición “electoralizar esa tragedia”.

Para Quiroga, la muerte del maestro “fue la gota que colmó el vaso, pero si hay posibilidades para otra fuerza no fue sólo por eso”. Quiroga señala que la elección de este domingo es la primera experiencia electoral de la Concertación Plural. En su análisis, el dilema electoral es entre “continuidad o cambio” y afirma que encontró “en toda la provincia un denominador común que es la voluntad del pueblo de Neuquén de reemplazar al MPN en el gobierno”.

Cuando se lo consulta por los sondeos que dan al MPN ocho puntos por arriba de su candidatura, no duda en responder que “les va a pasar lo mismo que les pasó cuando decían que me ganaban la intendencia y después perdieron por más de diez puntos. Están errando como a las bochas, pero esto es habitual en el MPN y, si no, repasen lo que sucedió en las elecciones de Neuquén en 1999 y 2003...”, cerró. Este domingose terminan las especulaciones.