Viernes, 6 de julio de 2007 | Hoy
El presidente Néstor Kirchner asistió ayer a su última cena de camaradería de las Fuerzas Armadas. “No habrá reconciliación sin justicia”, reiteró. Les agradeció el “sacrificio” en los peores momentos de la crisis y anunció un aumento salarial del 16,5 por ciento.
Por Nora Veiras
Un clásico toque de clarín anunció el ingreso del presidente Néstor Kirchner. Los doscientos cincuenta oficiales de las tres Fuerzas Armadas esperaban de pie su ingreso al Casino de cadetes del Colegio Militar. “No habrá reconciliación sin justicia”, repitió Kirchner en su quinta y última cena anual de camaradería como comandante en jefe y Presidente. “No dejaré las convicciones de lado: creo profundamente en instituciones armadas integradas con la sociedad y no se puede construir un nuevo país en impunidad, silencio e impidiendo la actuación de la justicia”, repitió en la misma línea argumental con la que había sacudido a los militares hace cuatro años instando a “separar la paja del trigo”. Esta vez, coronó su discurso leído con el anuncio de “un incremento salarial idéntico al otorgado al sector público”, es decir 16,5 por ciento aplicables a las sumas suplementarias, no remunerativas ni bonificables.
La ministra de Defensa, Nilda Garré, esperó a Kirchner junto a los jefes de cada una de las armas y al titular del Estado Mayor Conjunto, Jorge Chevalier. Con los uniformes de gala, oficiales del Ejército, la Aeronáutica y la Marina se mezclaban en el inmenso salón. En otro pabellón de ese mismo predio fue donde el jefe del Ejército, Roberto Bendini, protagonizó una imagen para la historia: descolgó, subido a una escalerita, los retratos de los dictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Benito Bignone en cumplimiento de la orden de Kirchner.
–¿Qué expectativa tienen si la senadora Cristina Kirchner llega a la Presidencia? –le preguntó Página/12 a un oficial.
–¿A nosotros qué más nos puede pasar? Los jefes ya hicieron reiteradas autocríticas, empezaron los juicios. Ya está. En estos últimos años se hicieron cosas estructurales importantes pero siempre se “ideologiza” mucho todo –sintetizó, resignado, al analizar la administración kirchnerista.
“Nadie tiene derecho a escudarse en las fuerzas, la sociedad y los poderes Ejecutivo y Legislativo han concretado pasos trascendentes para terminar con la impunidad del terrorismo de Estado. Será la justicia la que ponga las cosas en su lugar”, remarcó Kirchner. Insistió en que deben triunfar “la memoria, la verdad y la justicia” y destacó que “hoy no se concibe otra forma de convivencia que la democracia” y sostuvo que “enfrentamos nuestro pasado para que no se vuelva a repetir”.
En su racconto, Kirchner destacó como ejes de su política de defensa la participación en las misiones de paz en Haití y Chipre, la reglamentación de la Ley de Defensa, el proyecto enviado al Congreso para reformar la justicia militar y derogar la pena de muerte y prometió “un nuevo sistema de educación basado en el absoluto respeto de los derechos humanos para que los militares se reconozcan en el rol de ciudadanos y servidores públicos especializados”. La reforma curricular de las escuelas de oficiales y suboficiales, la recuperación del Astillero Tandanor “revocando la privatización fraudulenta que se hizo en 1991” y “la reivindicación a los que lucharon con valor y honor en Malvinas, porque los argentinos nunca renunciaremos a la soberanía en las islas”, se fueron hilvanando en la última exposición de Kirchner como presidente ante las Fuerzas Armadas.
Antes de brindar por “la Patria, la Argentina y los argentinos”, el Presidente precisó que había firmado el decreto 871 por el cual se le otorgó un aumento del 16,5 por ciento a los oficiales y suboficiales en actividad. En los últimos años, los uniformados saben que para esta fecha se concretan los anuncios salariales. La queja que siguen esgrimiendo es que el incremento se aplica sobre las sumas supletorias. “El problema es que los básicos no se modifican y, por ejemplo, si un oficial recibe un plus para vivienda se beneficia mucho, pero si vive en un edificio militar como ese rubro no existe se ve perjudicado”. Los retirados no recibirán el aumento.
El año pasado, la tradicional cena de camaradería previa al Día de la Independencia se realizó en la Base Naval del Palomar. Por entonces, arreciaban los actos de Cecilia Pando pidiendo por la libertad de los represores detenidos por delitos de lesa humanidad. Algunos llegaron a especular con que la esposa del mayor Mercado se movilizaría para empañar la ceremonia. Ayer, Pando apareció dándole “fuerza espiritual” al ex capellán Christian von Wernich, quien está siendo juzgado por su participación en el terrorismo de Estado (ver página 3).
Esta vez un tibio aplauso acompañó el final de las palabras de Kirchner. De inmediato todos se zambulleron en los crepes de espinacas y ricota y el lomo tourneado con paquetes de espárragos para terminar en un tornino de chocolate y peras con salsa de mango y pomelo.
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