La ministra de la Corte Suprema Carmen Argibay dio una pista de su posición respecto del reclamo del represor Luis Abelardo Patti sobre la banca en el Congreso. “¿Con qué cara puedo decirles a sus votantes que ese señor no me gusta y está inhabilitado moralmente para ser diputado, cuando no tiene, como exige la ley, una condena penal en su contra?”, señaló.

“Esa gente forma parte de la sociedad y tiene derecho a tener su representante”, le dijo la jueza al diario Río Negro. Argibay se refirió así al reciente fallo con que el máximo tribunal señaló que el Congreso no tiene atribuciones para impedir la jura de un legislador electo. La resolución se refería al dictador Antonio Domingo Bussi, quien no asumió la banca porque el período para el que había sido electo ya había vencido. La Corte analiza ahora un caso análogo, el del ex subcomisario Patti. Como Bussi, el ex intendente de Escobar fue excluido de la Cámara de Diputados por su responsabilidad en graves violaciones a los derechos humanos cometidas durante la última dictadura militar.

Argibay dijo que no quería opinar sobre las similitudes de las situaciones de Bussi y Patti, pero afirmó: “El problema es quién dice cuál es la inhabilidad moral. Nuestra ley dice que tiene que haber una condena. No la hay, y sí un número de votantes equis cuya cantidad es suficiente para darle a Patti la elección de diputado ganada”.

Los organismos de derechos humanos reclaman que los casos de Patti y Bussi sean contemplados como una situación excepcional ya que, si bien no hay una condena que formalmente les impida convertirse en legisladores, esto se debe a que las leyes de punto final y obediencia debida y los indultos lo impidieron. Pero la Corte Suprema no analizó este aspecto al resolver sobre Bussi.

Argibay afirmó también que todavía hay un debate pendiente acerca del rol de la Justicia en los años de la dictadura militar. “La sociedad no se ha puesto de acuerdo consigo misma. No hay un real examen de la situación, ni una evaluación de qué pasó, por qué pasó, por qué se permitió que en algunos casos pasara o por qué se influyó para que pasara”, sostuvo. Opinó también que “la gente joven no tiene mucha idea y los más grandes no le damos cabida para que se enteren, porque no nos hemos decidido a hablar de esas cosas y de esos tiempos. Es una deuda pendiente que no tiene que ver sólo con la Justicia, tiene que ver con la sociedad en que vivimos”.